VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).
Manifiesto leído en Modesta el día 17-02-2023.
El Grupo de Pastoral de la Salud de la Parroquia de San Acisclo ha hecho un comunicado en esta Semana dedicada a los enfermos y cuidadores en nuestra Parroquia, semana que celebramos la Jornada Mundial del Enfermo.
"CUIDA DE ÉL.
La compasión como ejercicio sinodal de sanación"
MANIFIESTO
PASTORAL DEL ENFERMO-2023.
El Grupo de Pastoral de la Salud de la
Parroquia de San Acisclo queremos hacer un comunicado en esta Semana dedicada a
los enfermos y cuidadores en nuestra Parroquia, semana que celebramos el día
del Enfermo 2023.
Este año se celebró el 11 de Febrero la
trigésima Primera Jornada Mundial del Enfermo, inaugurada por San Juan Pablo II
en 1992 con la finalidad de sensibilizar a la Iglesia y a toda la sociedad de
la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos y a cuantos
los cuidan, así como procurar que cuantos viven y trabajan junto a los que
sufren, comprendan mejor la importancia de la asistencia religiosa a los
enfermos.
Este año el lema elegido por la Iglesia
Católica para la Jornada Mundial del Enfermo es “CUIDA DE ÉL. La compasión como
ejercicio sinodal de sanación”, y en esta semana del enfermo, centraremos nuestra
atención en la necesidad y urgencia de “ACOMPAÑAR EN EL SUFRIMIENTO”.
El Papa Francisco nos recordaba en el mensaje de este año, la XXXI Jornada
mundial del enfermo, que “La enfermedad forma
parte de nuestra experiencia humana. Pero, si se vive en el aislamiento y en el
abandono, si no va acompañada del cuidado y de la compasión, puede llegar a ser
inhumana”.
“ La Encíclica Fratelli
tutti, como ustedes saben, propone una lectura actualizada de la parábola
del buen samaritano…. De hecho, existe una conexión profunda entre
esta parábola de Jesús y las múltiples formas en las que se niega hoy la
fraternidad. En particular, el hecho de que la persona golpeada y
despojada sea abandonada al borde del
camino, representa la condición en la que se deja a muchos de nuestros hermanos
y hermanas cuando más necesitados están de ayuda”.
“En
esta XXXI Jornada Mundial del Enfermo, en pleno camino sinodal, a reflexionar
sobre el hecho de que, es precisamente a través de la experiencia de la
fragilidad y de la enfermedad, como podemos aprender a caminar juntos según el
estilo de Dios, que es cercanía, compasión y ternura.
“La Jornada Mundial del Enfermo, en efecto,
no sólo invita a la oración y a la cercanía con los que sufren. También tiene
como objetivo sensibilizar al pueblo de Dios, a las instituciones sanitarias y
a la sociedad civil sobre una nueva forma de avanzar juntos.
“ Los años de la pandemia han aumentado
nuestro sentimiento de gratitud hacia quienes trabajan cada día por la salud y
la investigación. Pero, de una tragedia colectiva tan grande, no basta salir
honrando a unos héroes. El COVID-19 puso a dura prueba esta gran red de
capacidades y de solidaridad, y mostró los límites estructurales de los
actuales sistemas de bienestar. Por tanto, es necesario que la
gratitud vaya acompañada de una búsqueda activa, en cada país, de estrategias y
de recursos, para que a todos los seres humanos se les garantice el
acceso a la asistencia y el derecho fundamental a la salud.
«Cuida de él» (Lc 10,35) es la
recomendación del samaritano al posadero. Jesús nos lo repite también a cada
uno de nosotros, y al final nos exhorta: «Anda y haz tú lo mismo».
Jesús defendió la salud y la vida. Jesús pone particular interés en romper esa marginación liberando a los enfermos de la soledad en la vida familiar y social. Por eso busca en primer lugar un encuentro personal con ellos, que los libere de la soledad.
Jesús se hace cercano a los marginados y enfermos de su tiempo, que vivía una situación de exclusión social. Se acerca a ellos con amor, movido por la compasión y la misericordia, que los sana y cura.
Jesús ofrece una sanación interior de la persona, abriéndola a la salvación.
Además,
estamos convencidos que Jesús se identifica con los necesitados y se pone en el
lugar de la persona enferma. Nos señala un camino de misericordia, compasión y
amor para con nuestros enfermos. En definitiva, “ver a Cristo en el enfermo y
ser Cristo para el enfermo”, porque la Iglesia estamos llamados a ser un
“auténtico hospital de campaña”.
No olvidemos que, como señala el departamento de la Pastoral de la Salud: “El enfermo es siempre el centro de nuestra caridad pastoral. No podemos dejar de escuchar al paciente, su historia, sus angustias y sus miedos. Incluso cuando no es posible curar, siempre es posible cuidar, siempre es posible consolar, siempre es posible hacer sentir nuestra cercanía”.
Señala
el Departamento de la Pastoral de la Salud que “el mayor dolor es el
sufrimiento moral ante la falta de esperanza”.
Queremos hacer una opción decidida por la Salud, que la Organización Mundial de la Salud (OMS), define como “es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedades y dolencias”.
La Salud tiene una dimensión física (“estar bien”), una dimensión psicológica (“sentirse bien”) y una dimensión personal (“ser bien”).
La
enfermedad es igual a un malestar existencial. Esto tiene su explicación en que
la persona enferma no solo sufre una patología física, sino que además se
siente traicionada, incomprendida y olvidada.
La Pandemia ha agudizado una de las situaciones más dramáticas de nuestros mayores y de la sociedad misma.
Según el Instituto Nacional de Estadística se estima que en España hay 4,7 millones de hogares unipersonales.
Dos millones de personas mayores de 65 años viven solas. Más de 850.00 mayores de 80 años viven solos y muchos presentan problemas de movilidad. Solo estas cifras son un dato preocupante.
Si además sumamos, entre otras formas de soledad, la de quienes están ingresados en los hospitales o la de las familias con miembros con una enfermedad mental grave, por ejemplo, descubrimos lo acuciante de reflexionar para buscar el modo de aliviar tanta soledad.
Pedimos
para nuestros mayores y enfermos, desde Jesucristo, mayor esperanza, consuelo y
alivio. Acompañemos a cuantos sufren por esta pandemia con la esperanza que
procede de Cristo resucitado.
Pedimos que toda la sociedad se
sensibilice en la asistencia y en la situación de los enfermos.
Pedimos que se promueva el compromiso y la
atención sanitaria para los enfermos y nuestros mayores.
Pedimos una sanidad bien organizada y
gestionada en beneficio del bien común y de toda la sociedad, sin anteponer
cualquier otro interés económico y político.
Pedimos la agilización de las pruebas y
citas médicas para nuestros enfermos y mayores.
FOTOS.
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