VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).
"Era víspera de Navidad; la primera Navidad fuera de la patria…
…La
misa de media noche fue muy hermosa cantada por los aldeanos, vestidos con
pantalones de cuero hasta la rodilla, con gruesas medias y aún más gruesos
zapatones. Tocaron sus instrumentos, con melodías típicas de Baviera. Parecían
y bien podrían haber sido, los pastores de Belén. Cuando todo acabó se hizo un
gran silencio. Por los valles se distinguían lucecitas caminando: eran ellos
que regresaban presurosos glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían
visto y oído.
Hacia
la 1,30 de la madrugada, suena la campanilla del convento. A la puerta está una
viejecita. Aferra un farol encendido. Va toda envuelta en un grueso manto color
ceniza. Traía un paquetito. Dijo: “Es para el Paterle (padrecito) extranjero
que estaba en la misa del gallo”. Me llamaron. Me entregó el paquete todo
adornado, con breves palabras: “Usted, señor, está lejos de su patria, distante
de los suyos. Esto es un regalo para usted. También para usted hoy es Navidad”.
Me apretó fuertemente la mano y se alejó en la noche bendecida por la nieve.
En
la habitación, solo, mientras recordaba imágenes de la Navidad en casa, muy
parecida a ésta, aunque sin nieve, deshice con reverencia el paquete. Era una
gruesa vela color rojo oscuro, toda trabajada y con un fuerte soporte de metal.
Una noche iluminó la noche de la soledad. Las sombras se proyectaban largas y
trémulas en la pared. Ya no me sentí solo. Fuera de la patria había acontecido
el milagro de toda Navidad: la fiesta de fraternidad de todos los hombres.
Alguien había entendido el mensaje del niño: hizo del extraño un prójimo y del
extranjero un hermano.
Hoy
todavía después de algunos años, la vela vigila durante la Navidad sobre el
estante de los libros. Todos los años, en la noche santa, se enciende. Y se
encenderá siempre. Al encenderse recordará una noche feliz, entre la nieve, en
la soledad. Recordará el gesto de dar que es algo más que un brazo extendido.
Traerá a la memoria el regalar que es más que dar. Hará presente la Navidad con
todo lo que significa de humano y de divino. Esta vela de Navidad es más que
una vela cualquiera por muy artística que sea. Es un sacramento navideño. "
(Los sacramentos de la vida - LEONARDO
BOFF)
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