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lunes, 18 de noviembre de 2024

EL SUFRIMIENTO DE LOS INOCENTES.







EL SUFRIMIENTO DE LOS INOCENTES.



 







INTRODUCCIÓN AL BLOG







    VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).

En  los orígenes del Cristianismo tenemos una experiencia muy precisa, la experiencia de unos hombres y mujeres, tocados y atraídos por Jesús de Nazaret, el Cristo, cuyas vidas  se convirtieron en magníficas y distintas desde ese momento, alcanzando cotas de perfección y santidad increíbles a pesar de su debilidad.


            En medio de sus afanes escucharon un na voz que les gritaba: "¡Ven y sígueme!" Una voz que se sigue oyendo en la dinámica del mundo y en la existencia de cada hombre y mujer, deseoso de encontrar un sentido global y permanente a su historia.

            ¡Si, este reclamo a seguir al Nazareno se prolonga desde el principio hasta nuestros días, y continuará hasta el final del tiempo!

La señal de la presencia del Resucitado son los santos. Los santos palpan de vez en cuando la perfección suprema de Dios y nos recuerdan a los humanos que el mal puede ser vencido solamente con sacrificio, constancia y confianza.


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EL SUFRIMIENTO DE LOS INOCENTES.




     El sufrimiento y el dolor, la guerra y el hambre, la muerte de los seres más queridos y la injusticia más atroz, los desastres naturales y las masacres etnias enteras en el mundo hacen estallar una pregunta en forma de estupor y sobrecogimiento: ¿Por qué Dios permite el mal? ¿Por qué los inocentes y menos favorecidos sufren? ¿Es posible creer en un Dios bueno y misericordioso después de estas desgracias humanas de tales proporciones?...
    Estas preguntas no son nuevas en la historia humana pero se recrudecen ante el sufrimiento humano y la muerte de los más débiles. Además, desde siempre estas preguntas han sido planteadas no sólo desde conciencias lejanas a la dimensión religiosa sino desde personas creyentes que han querido encontrar una respuesta válida desde su confianza en Dios. Pero hoy más que nunca, cuando el mundo de la filosofía en muchos frentes lanza la idea de que el concepto de Dios está agotado, el creyente quiere saber qué respaldo teológico tiene la queja contra Dios en el proyecto salvífico y el devenir histórico, cargado de tanto desastre y sufrimiento.
    Es cierto que el sufrimiento deja sin argumentos convincentes muchos discursos teológicos pero no por eso en situaciones límites se reclama con más intensidad la existencia de un Dios que pueda hacer más llevaderos el llanto y el lamento, al tiempo que haga válidas sus quejas y rebeldías.
   “El Cristianismo no inventó la cruz, sino el valor para soportarla” (P. Plus). Desde la fe cristiana, los sufrimientos de los seres humanos no son olvidados ni maquillados en pro de nada sino que alcanzan una densidad insuperable.
      La Teología de la cruz da respuesta al sufrimiento y al dolor del inocente. Y la respuesta ante toda miseria humana es la resurrección de los muertos como un acto reivindicador de Dios que sale al encuentro del hombre, sobre todo del maltratado por la vida y las circunstancias. 
     Esta esperanza en la resurrección y en el triunfo de Dios alienta a los creyentes a no caer en el desaliento y a luchar para transformar las estructuras a favor del hombre y a trabajar para ayudar a las víctimas, aunque tiemble su interior con lágrimas fuertes.





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