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lunes, 26 de febrero de 2024

RETIRO DE CUARESMA 2024.






                       RETIRO DE CUARESMA 2024













INTRODUCCIÓN AL BLOG

VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).




RETIRO DE CUARESMA 2024



ORACIÓN INICIAL: 


CANTO:

¡Oh, buen Jesús, yo creo firmemente que por mi bien estás en el altar, que das tu cuerpo y sangre juntamente, al alma fiel en celestial manjar (2)!

2.– Pequé, Señor, ingrato te he vendido; infiel te fui, confieso mi  maldad. Contrito ya, perdón, Señor, te pido; eres mi Dios, apelo a tu bondad (2).

MEDITACIÓN 1

*La Cuaresma es mirar bien a Jesús, hasta que te lo aprendas, hasta que lo veas con los ojos cerrados.

*La Cuaresma es seguir los pasos de Jesús, hasta alcanzarlo, y correr y contárselo al hermano.

*La Cuaresma es salir al encuentro del hermano y ponerte a su servicio.

*La Cuaresma es hacer silencio en ti, para escuchar la Palabra.

*La Cuaresma es tiempo de conversión.

*La Cuaresma es esfuerzo liberador, no de prácticas acostumbradas.

*La Cuaresma es gozo compartido, no pena y soledad.

*La Cuaresma es ablandar el corazón y desterrar toda violencia que anda en ti.

*La Cuaresma es despojo progresivo y superación del consumismo.

*La Cuaresma es abrirse a la vida del Espíritu.

ORACIÓN DE CUARESMA                           

Padre nuestro, que estás en el Cielo, durante esta época de arrepentimiento, ten    misericordia de   nosotros. Con nuestra oración, nuestro ayuno y nuestras buenas obras, transforma nuestro egoísmo en generosidad.  Abre nuestros corazones a tu Palabra, sana nuestras heridas del pecado,  ayúdanos a hacer el bien en este mundo. Que transformemos la oscuridad y el dolor en vida y  alegría.            

Concédenos estas cosas por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

PREGÓN DE CUARESMA (Ulibarri Fl)

    Los que habéis sido bautizados,  los que habéis escuchado la voz del Espíritu, los que habéis acogido la revelación del Dios vivo,  los que habéis descubierto que sois sus hijos, ¡adentraos en el desierto sin miedo y caminad con paso ligero!  Cuaresma es ese tiempo que viene y va,  tiempo para vivirlo en camino,   sin instalarse, sin retenerlo, sin lamento, con la esperanza siempre a flor de piel y la mirada fija en otro tiempo, la  Pascua, que es definitivo. Entrad en Cuaresma convencidos, listos para el combate,  ligeros de equipaje; la mente   despejada, entrañas llenas de ternura y misericordia, calzado apropiado, y mucha paciencia con vosotros mismos.       Dejaos mecer por la brisa del Espíritu; poned vuestro corazón en sintonía con los      latidos de Dios y el grito de los afligidos,  bebed en los manantiales de la vida y no os           dejéis engañar por los espejismos del desierto. Bajad del monte a los caminos de la vida, bajad sin miedo y llenos de misterio.   No profanéis los templos vivos, buscad de noche como Nicodemo y, como aquellos   griegos, preguntad a    discípulos y amigos por Jesús y su Reino y cómo sembrarse en el campo del mundo para germinar a su estilo.    Vivid la Cuaresma bien despiertos,          caminando en comunidad, con fe, esperanza y amor, fijos los OJOS en Jesús ¡Daos esa oportunidad!

MEDITACIÓN 2: LA CUARESMA, CAMINO DE  CONVERSIÓN

    La Cuaresma es un camino de CONVERSIÓN:

    -conversión es, sobre todo, volver a Dios, buscarlo y,         encontrándolo, permanecer en Él, vivir en Él, con Él y para Él.

    - se nos pide hacerlo practicando el ayuno, la limosna y la oración, teniendo un dominio interior, ayuda solidaria a los más necesitados y desde la búsqueda y encuentro con Dios.

    La conversión y santidad están estrechamente unidos:

   -la santidad comienza y se desarrollo en un proceso de conversión.

    - la conversión continua conduce y desemboca en la          santidad.

SALMO 50

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa  compasión borra mi culpa; lava del  todo mi delito, limpia mi    pecado. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que    aborreces.

En la sentencia tendrás razón, en el juicio resultarás inocente.          Mira, en la culpa nací, pecador me  concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría.

Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados. Aparta de mi            pecado tu vista,

borra en mí toda culpa. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu   firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.

     Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti.

     Líbrame de la sangre, oh Dios,

Dios, Salvador mío, y cantará mi lengua tu justicia.

Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu   alabanza.

     Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias.

     Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén: entonces aceptarás los                   sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolarán novillos.

ORACION DE CONFIANZA (C.FOUCAULD).

            Padre, Padre, Padre,   me pongo en tus manos.  Haz de mí lo que quieras , sea lo que sea, te doy las        gracias.  Lo acepto todo con tal que tu voluntad se      cumpla en mí y  en todas tus criaturas.  No deseo nada más,  Padre. No deseo nada más.  Yo te ofrezco mi alma y te la doy con todo el amor que soy capaz.  Porque deseo darme, ponerme en tus manos, sin   medida,  con infinita confianza, porque tú eres mi Padre.

 CHARLA DEL RETIRO: 

 

I.-LA CUARESMA: CAMINO ESPIRITUAL



El Papa Francisco nos recuerda que “la Cuaresma es un nuevo         comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de  Cristo”.  No se entiende la Cuaresma si no es en función de la PASCUA.

a) La Cuaresma es un camino de CONVERSIÓN:

 a.1. conversión es, sobre todo, volver a Dios, buscarlo y,   encontrándolo, permanecer en Él, vivir en Él, con Él y para Él.

a.2. se nos pide hacerlo practicando el ayuno, la limosna y la    oración, teniendo un dominio interior, ayuda solidaria a los más  necesitados y desde la búsqueda y encuentro con Dios.

b) La conversión y santidad están estrechamente unidos:

    b.1.la santidad comienza y se desarrollo en un proceso de   conversión.

    b.2. la conversión continua conduce y desemboca en la santidad.

II.-APUNTES DE CUARESMA:

a) La Cuaresma es un camino espiritual: prepara al cristiano para celebrar los misterios de la entrega, pasión, crucifixión, muerte y resurrección del Señor Jesús.

b) El culmen de todo es la VIGILIA PASCUAL,              

c) Lo importante en Cuaresma es incorporarse al CAMINO DE CRISTO que muere y se levanta a una existencia nueva, de Resucitado.

d) La imposición de la ceniza es:  -signo de rechazo al pecado. -señal de arrepentimiento.

    -expresión de confianza en la misericordia de Dios.

II.-LA PROGRESIÓN DE LOS TEXTOS EVANGÉLICOS DE LOS DOMINGO-CICLO B. 



a) Es importante vivir la Cuaresma como camino espiritual y bautismal: preparación a     

RENOVAR LAS  PROMESAS DEL BAUTISMO EN LA NOCHE DE  PASCUA. 

b) Necesitamos descubrir la progresión que los textos bíblicos de los domingos nos              proponen.

1.-MIÉRCOLES DE CENIZA: ACTITUD DE CONVERSIÓN PERMANENTE:  “Convertíos a mí de todo corazón” (Mt 6, 1-18). 

La revelación del Dios de la vida pide una respuesta sencilla y libre de la persona a través de la fe y por medio de la práctica sobre la que se asentaba el hecho religioso judío: la limosna, la oración y el ayuno. Pero nos advierte sobre la práctica hipócrita de la   apariencia,  para alcanzar una espiritualidad de lo secreto, sabiendo que Dios ve desde lo alto y en lo profundo de la conciencia.                            

2.-PRIMER DOMINGO DE CUARESMA: NUESTRA REALIDAD DE FRAGILIDAD Y          PECADO (Mc 1,12-15).        Jesús, hombre verdadero, tuvo tentaciones y pruebas.      

     Nos presenta las tentaciones de Jesús, y el mismo Jesús es el modelo para vencerlas

Nos invita a afrontar la realidad de nuestras personales tentaciones y cómo las vencemos o nos vencen.       

    Las tentaciones deberían ser leídas como un resumen de los desafíos que Jesús, como siervo de Yahvé, tuvo que superar para ser fiel hasta el final: la tentación de la seguridad, de la vida sin riesgo, del buscar su propio          provecho, de una vida centrada en el poder y en el           prestigio para dominar a los demás; la   tentación de un Mesías que busca ser servido en vez de servir...DONDE ISRAEL SUCUMBIÓ, JESÚS SE   MANTUVO FIEL.  

 3.-SEGUNDO DOMINGO: CENTRALIDAD DE LA ESCUCHA DE LA PALABRA (Mc 9,2-10).                                                  

 La transfiguración anticipa la gloria del Señor en el camino a        Jerusalén: el camino para la glorificación de Jesús pasará por el sacrificio en la cruz.

En el monte Tabor, Jesús aparece con Elías y Moisés  conversando con Él. Jesús está en continuidad con ellos , pero los supera, llevando a plenitud al Ley los Profetas del Antiguo Testamento.

*Elías representa los profetas del Antiguo Testamento.

*Moisés representa la Ley del Antiguo Testamento.

La actitud del creyente ante “El Hijo amado de Dios”, Jesucristo, es escucharlo.

4.-TERCER DOMINGO: LA PURIFICACIÓN DEL TEMPLO (Jn 2,13-25). 

¿Qué quiso Jesús enseñar a sus discípulos con este acto simbólico?:

 *Jesús quiere un culto de amor, amor a Dios y al prójimo.                                             

     *El culto que Dios quiere es “en espíritu y en verdad”: Jesús rechaza una religiosidad de compraventa.    

 *Jesús relativiza la importancia del Templo como “lugar de culto”; lo importante es la actitud que tenemos cuando damos culto a Dios, no en qué lugar.                                    

 *Jesús es el único mediador entre Dios y las personas, relativizando así la importancia del templo de Jerusalén en la relación con Dios:                                                             

5.-CUARTO DOMINGO: ELEVADO EL HIJO DEL HOMBRE EN LA CRUZ  (Jn 3,14-21).     

Jesús se encuentra con Nicodemo, un sabio de Israel:

*Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.

*La cruz: señal de paz y de perdón, de salvación y de amor, expresión del verdadero amor de Dios para con nosotros.

6.-QUINTO DOMINGO: ATRAERÉ A TODOS HACIA MÍ (Jn 12,20-33). 

    Cuando cuaresma está llegando a su recta final, el evangelio nos presenta a Jesús hablando de su propia muerte.               

     Como el grano de trigo que se mete en la tierra y muere para dar fruto, así también Jesús, el Hijo de Dios, morirá en la cruz para traer la salvación a todas las personas.

 II CHARLA: RESUMEN DEL MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2024 



     


  El Papa Francisco nos orienta y nos acompaña cada año para vivir con intensidad el tiempo de Cuaresma. El Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma del año 2024, se titula: “A través del desierto Dios nos guía a la libertad”. Queridos hermanos y hermanas: Cuando nuestro Dios se revela, comunica la libertad: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud» (Ex 20,2). Así se abre el Decálogo        dado a Moisés en el monte Sinaí. El pueblo sabe bien de qué éxodo habla Dios; la experiencia de la esclavitud          todavía está impresa en su carne. Recibe las diez palabras de la alianza en el        desierto como camino hacia la libertad. Nosotros las llamamos “mandamientos”, subrayando la fuerza del amor con el que Dios educa a su pueblo. La llamada a la libertad es, en efecto, una llamada          vigorosa. No se agota en un acontecimiento único, porque madura durante el camino. Del mismo modo que Israel en el desierto lleva todavía a Egipto dentro de sí ―en            efecto, a menudo echa de menos el pasado y murmura contra el cielo y contra Moisés―, también hoy el pueblo de Dios lleva dentro de sí ataduras opresoras que debe decidirse a abandonar. Nos damos cuenta de ello cuando nos falta esperanza y vagamos por la vida como en un páramo desolado, sin una tierra         prometida hacia la cual encaminarnos juntos. 

    La Cuaresma es el tiempo de gracia en el que el desierto vuelve a ser ―como anuncia el profeta Oseas― el lugar del primer amor (cf. Os 2,16-17). Dios educa a su pueblo para que abandone sus  esclavitudes y experimente el paso de la muerte a la vida. Como un esposo nos atrae nuevamente hacia sí y susurra palabras de amor a nuestros corazones.

 El éxodo de la esclavitud a la libertad no es un              camino  abstracto. 

    Para que nuestra Cuaresma sea también concreta, el primer paso es querer ver la realidad.                                                                                                                                Cuando en la zarza ardiente el Señor atrajo a Moisés y le habló, se reveló   inmediatamente como un Dios que ve y sobre todo escucha: «Yo he visto la           opresión de mi  pueblo, que está en Egipto, y he oído los gritos de dolor, provocados por sus capataces. Sí, conozco muy bien sus sufrimientos. Por eso he bajado a librarlo del poder de los egipcios y a hacerlo subir, desde aquel país, a una tierra fértil y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel» (Ex 3,7-8). También hoy llega al cielo el grito de      tantos hermanos y hermanas oprimidos. Preguntémonos: ¿nos llega también a nosotros? ¿Nos sacude? ¿Nos        conmueve? Muchos factores nos alejan los unos de los otros, negando la  fraternidad que nos une desde el origen.

         En mi viaje a Lampedusa, ante la globalización de la indiferencia planteé dos    preguntas, que son cada vez más actuales: «¿Dónde estás?» (Gn 3,9) y «¿Dónde está tu hermano?» (Gn 4,9). 

     El camino cuaresmal será concreto si, al escucharlas de nuevo, confesamos que seguimos bajo el dominio del Faraón. Es un dominio que nos deja exhaustos y nos vuelve insensibles. Es un modelo de crecimiento que nos divide y nos roba el futuro; que ha contaminado la tierra, el aire y el agua, pero también las almas.        

     Porque, si bien con el bautismo ya ha comenzado nuestra liberación, queda en nosotros una inexplicable añoranza por la esclavitud. Es como una atracción hacia la              seguridad de lo ya visto, en detrimento de la libertad. Quisiera señalarles un detalle de no poca importancia en el relato del Éxodo: es Dios quien ve, quien se conmueve y quien libera, no es Israel quien lo pide. El Faraón, en efecto, destruye incluso los sueños, roba el cielo, hace que parezca inmodificable un mundo en el que se pisotea la dignidad y se niegan los vínculos             auténticos. Es decir, logra mantener todo sujeto a él. Preguntémonos: ¿deseo un mundo nuevo? ¿Estoy dispuesto a romper los compromisos con el viejo? El testimonio de muchos hermanos obispos y de un gran número de aquellos que trabajan por la paz y la justicia me convence cada vez más de que lo que hay que          denunciar es un déficit de esperanza. Es un impedimento para soñar, un grito           mudo que llega hasta el cielo y conmueve el corazón de Dios. Se parece a esa     añoranza por la esclavitud que paraliza a Israel en el desierto,              impidiéndole avanzar.  El éxodo puede interrumpirse. De otro modo no se explicaría que una humanidad que ha alcanzado el umbral de la fraternidad          universal y niveles de desarrollo científico, técnico, cultural y jurídico, capaces de garantizar la dignidad de todos, camine en la oscuridad de las desigualdades y los conflictos. Dios no se cansa de nosotros. Acojamos la Cuaresma como el tiempo fuerte en el que su Palabra se dirige de nuevo a nosotros: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud» (Ex 20,2). Es tiempo de conversión, tiempo de            libertad. 

  Jesús mismo, como recordamos cada año en el primer domingo de Cuaresma, fue conducido por el Espíritu al desierto para ser probado en su libertad. Durante cuarenta días estará ante nosotros y con nosotros: es el Hijo encarnado. A              diferencia del Faraón, Dios no quiere súbditos,  sino hijos. 

   El desierto es el espacio en el que nuestra libertad puede madurar en una decisión personal de no volver a caer en la esclavitud. 

   En Cuaresma, encontramos nuevos criterios de juicio y una comunidad con la cual emprender un camino que nunca antes habíamos recorrido.

  Esto implica una lucha, que el libro del Éxodo y las tentaciones de Jesús en el desierto nos narran claramente. A la voz de Dios, que dice: «Tú eres mi Hijo muy              querido» (Mc 1,11) y «no tendrás otros dioses delante de mí» (Ex 20,3), se oponen de hecho las mentiras del enemigo. Más temibles que el Faraón son los ídolos; podríamos como su voz en nosotros. El sentirse omnipotentes, reconocidos por todos, tomar ventaja sobre los demás: todo ser humano siente en su interior la seducción de esta mentira. Es un camino trillado. Por eso, podemos apegarnos al dinero, a ciertos proyectos, ideas, objetivos, a nuestra posición, a una tradición e incluso a algunas personas. Esas cosas en lugar de impulsarnos, nos paralizarán. En lugar de unirnos, nos enfrentarán. 

   Existe, sin embargo, una nueva humanidad, la de los pequeños y humildes que no han sucumbido al encanto de la mentira. Mientras que los ídolos vuelven mudos, ciegos, sordos, inmóviles a quienes les sirven (cf. Sal115,8), los pobres de espíritu están inmediatamente abiertos y bien dispuestos; son una fuerza silenciosa del bien que sana y sostiene el mundo.

     Es tiempo de actuar, y en Cuaresma actuar es también
detenerse. Detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse  como el samaritano, ante el hermano herido

    El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo. Por eso la oración, la limosna y el ayuno no son tres ejercicios independientes, sino único movimiento de apertura, de vaciamiento: fuera los ídolos que nos agobian, fuera los apegos que nos       aprisionan. Entonces el corazón atrofiado y aislado se despertará. Por tanto,  desacelerar y detenerse. 

    La dimensión contemplativa de la vida, que la Cuaresma nos hará redescubrir,             movilizará nuevas energías. Delante de la presencia de Dios nos convertimos en hermanas y hermanos, percibimos a los demás con nueva intensidad; en lugar de amenazas enemigos encontramos compañeras y compañeros de viaje. Este es el sueño de Dios, la tierra prometida hacia la que marchamos cuando salimos de la  esclavitud.

     La forma sinodal de la Iglesia, que en estos últimos años estamos redescubriendo y cultivando, sugiere que la Cuaresma sea también un tiempo de decisiones              comunitarias, de pequeñas y grandes decisiones a  contracorriente, capaces de cambiar la cotidianeidad de las personas y la vida de un barrio: los hábitos de compra, el cuidado de la creación, la inclusión de los invisibles o los despreciados. Invito a todas las             comunidades cristianas a hacer esto: a ofrecer a sus fieles momentos para reflexionar sobre los estilos de vida; a darse tiempo para verificar su presencia en           el barrio y su contribución para mejorarlo. Ay de nosotros si la penitencia cristiana fuera como la que entristecía a Jesús. También a nosotros Él nos dice: «No pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan» (Mt 6,16). Más bien, que se vea la alegría en los rostros, que se sienta la fragancia de la libertad, que se libere ese amor que hace nuevas todas las cosas, empezando por las más pequeñas y  cercanas. Esto puede suceder en cada comunidad cristiana.

    En la medida en que esta Cuaresma sea de conversión,
entonces, la humanidad extraviada sentirá un estremecimiento de creatividad; el destello de una nueva esperanza
. Quisiera decirles, como a los jóvenes que encontré en Lisboa el verano pasado: «Busquen y arriesguen, busquen y arriesguen. En este momento histórico los desafíos son enormes, los quejidos dolorosos —estamos viviendo una tercera guerra mundial a pedacitos—, pero abrazamos el riesgo de pensar que no estamos en una agonía, sino en un parto; no en el final, sino al comienzo de un gran espectáculo. Y hace falta coraje para pensar esto» (Discurso a los universitarios, 3 agosto 2023).
       Es la valentía de la conversión, de salir de la esclavitud.  La fe y la caridad llevan de la mano a esta pequeña esperanza. Le enseñan a  caminar y, al mismo tiempo, es ella la que las arrastra hacia adelante.

     Los bendigo a todos y a vuestro camino cuaresmal.

Roma, San Juan de Letrán, 3 de diciembre de 2023, 

I Domingo de  Adviento.

 

Preguntas PARA LA ORACIÓN PERSONAL

1.-¿Qué resaltarías de la progresión que los textos bíblicos nos proponen para   cada domingo de Cuaresma?             

  2.-El Papa Francisco nos dice que también hoy llega al cielo el grito de   tantos hermanos y hermanas oprimidos.      

 Preguntémonos: ¿nos llega también a nosotros? ¿Nos sacude? ¿Nos   conmueve?               

3.-El Papa Francisco nos dice que “en mi viaje a Lampedusa, ante la globalización de la indiferencia planteé dos preguntas, que son cada vez más actuales: «¿Dónde estás?» (Gn 3,9) y «¿Dónde está tu hermano?» (Gn 4,9).           

4.-El camino cuaresmal será concreto si, al escucharlas de nuevo, confesamos que seguimos bajo el dominio del Faraón, ¿qué dimensiones tienes que trabajarte en esta Cuaresma con más insistencia?                   

5.-El Papa Francisco nos invita a preguntarnos: ¿deseo un mundo nuevo? ¿Estoy dispuesto a romper los compromisos con el viejo?

 





    LISTA DE VÍDEOS SOBRE LA CUARESMA 2024.


        


EL PAPA FRANCISCO Y LA CUARESMA


       






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