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lunes, 2 de septiembre de 2024

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO PARA LA JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR EL CUIDADO DE LA CREACION 2023.







                   

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO PARA LA JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR EL CUIDADO DE LA CREACION 2023.
1 de SEPTIEMBRE-4 DE OCTUBRE.

 





INTRODUCCIÓN AL BLOG

VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).



MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO PARA LA JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR EL CUIDADO DE LA CREACION 2023.








     "Inspirado originalmente por el Patriarcado ecuménico de Constantinopla, este tiempo es una oportunidad para cultivar nuestra "conversión ecológica", una conversión alentada por San Juan Pablo II como respuesta a la "catástrofe ecológica" anunciada por San Pablo VI ya en 1970" (Papa Francisco 2022).

           

Queridos hermanos y hermanas:

"Que la justicia y la paz fluyan" es el tema del Tiempo ecuménico de la Creación de este año, inspirado en las palabras del profeta Amós: «Que el derecho corra como el agua, y la justicia como un torrente inagotable» (5,24).

Esta expresiva imagen de Amós nos dice lo que Dios desea. Dios quiere que reine la justicia, que es esencial para nuestra vida de hijos a imagen de Dios, como el agua lo es para nuestra supervivencia física. Esta justicia debe surgir allí donde sea necesaria, no esconderse demasiado en lo profundo o desaparecer como el agua que se evapora, antes de podernos sostener. Dios quiere que cada uno busque ser justo en cada situación; se esfuerce siempre en vivir según sus leyes y, por tanto, en hacer posible que la vida florezca en plenitud. Cuando buscamos ante todo el reino de Dios (cf. Mt 6,33), manteniendo una justa relación con Dios, la humanidad y la naturaleza, entonces la justicia y la paz pueden fluir, como una corriente inagotable de agua pura, nutriendo a la humanidad y a todas las criaturas.

En julio de 2022, en un hermoso día de verano, medité sobre estos argumentos durante mi peregrinación a las riberas del lago Santa Ana, en la provincia de Alberta, en Canadá. Ese lago ha sido y sigue siendo un lugar de peregrinación para muchas generaciones de indígenas. Como dije en aquella ocasión, acompañado por el sonido de los tambores: «¡Cuántos corazones llegaron aquí anhelantes y fatigados, lastrados por las cargas de la vida, y junto a estas aguas encontraron la consolación y la fuerza para seguir adelante! También aquí, sumergidos en la creación, hay otro latido que podemos escuchar, el latido materno de la tierra. Y así como el latido de los niños, desde el seno materno, está en armonía con el de sus madres, del mismo modo para crecer como seres humanos necesitamos acompasar los ritmos de la vida con los de la creación que nos da la vida». [1]

En este Tiempo de la Creación, detengámonos en estos latidos del corazón: el nuestro, el de nuestras madres y abuelas, el latido del corazón del creado y del corazón de Dios. Hoy no están en armonía, no laten juntos en la justicia y en la paz. A muchos se les impide de beber en este río vigoroso. Escuchemos entonces la llamada a estar al lado de las víctimas de la injusticia ambiental y climática, y a poner fin a esta insensata guerra contra la creación.

Vemos los efectos de esta guerra en los muchos ríos que se están secando. «Los desiertos exteriores se multiplican en el mundo, porque se han extendido los desiertos interiores», afirmó una vez Benedicto XVI. [2] El consumismo rapaz, alimentado por corazones egoístas, está perturbando el ciclo del agua en el planeta. El uso desenfrenado de combustibles fósiles y la tala de los bosques están produciendo un aumento de las temperaturas y provocando graves sequías. Horribles carestías de agua afligen cada vez más a nuestras casas, desde las pequeñas comunidades rurales hasta las grandes metrópolis. Además, industrias depredadoras están consumiendo y contaminado nuestras fuentes de agua potable con prácticas extremas como la fracturación hidráulica, para la extracción de petróleo y gas, los proyectos de mega-extracción descontrolada y la cría intensiva de animales. La "Hermana agua", como la llama san Francisco, es saqueada y trasformada en «mercancía que se regula por las leyes del mercado» (Carta enc. Laudato si’, 30).

El Grupo Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC) afirma que una acción urgente por el clima puede garantizarnos no perder la ocasión de crear un mundo más sostenible y justo. Podemos, debemos evitar que se verifiquen las consecuencias peores. «¡Es tanto lo que sí se puede hacer!» (ibid., 180), si, como muchos arroyos y torrentes, al final confluimos juntos en un río potente para irrigar la vida de nuestro maravilloso planeta y de nuestra familia humana para las generaciones futuras. Unamos nuestras manos y demos pasos valientes para que la justicia y la paz fluyan en toda la Tierra.

¿Cómo podemos contribuir al río poderoso de la justicia y de la paz en este Tiempo de la Creación? ¿Qué podemos hacer nosotros, sobre todo como Iglesias cristianas, para sanar nuestra casa común de modo que vuelva estar llena de vida? Debemos decidir transformar nuestros corazones, nuestros estilos de vida y las políticas públicas que gobiernan nuestra sociedad.

En primer lugar, ayudemos a este río poderoso transformando nuestros corazones. Esto es esencial si se quiere iniciar cualquier otra transformación. Es la "conversión ecológica" que san Juan Pablo II nos instó a realizar: la renovación de nuestra relación con la creación, de modo que no la consideremos ya como un objeto del que aprovecharnos, sino por el contrario, la custodiemos como un don sagrado del Creador. Démonos cuenta, además, que un enfoque integral requiere poner en práctica el respeto ecológico en cuatro direcciones: hacia Dios, hacia nuestros semejantes de hoy y de mañana, hacia toda la naturaleza y hacia nosotros mismos.

En cuanto a la primera de estas dimensiones, Benedicto XVI señaló la urgente necesidad de comprender que creación y redención son inseparables: «El Redentor es el Creador, y si nosotros no anunciamos a Dios en toda su grandeza, de Creador y de Redentor, quitamos valor también a la Redención». [3] La creación se refiere al misterioso y magnífico acto de Dios que crea de la nada este majestuoso y bellísimo planeta, así como este universo, y también al resultado de esta acción, todavía en marcha, que experimentamos como un don inagotable. Durante la liturgia y la oración personal en la «gran catedral de la creación», [4] recordemos al Gran Artista que crea tanta belleza y reflexionemos sobre el misterio de la amorosa decisión de crear el cosmos.

En segundo lugar, contribuyamos al flujo de este potente río transformando nuestros estilos de vida. A partir de la grata admiración del Creador y de la creación, arrepintámonos de nuestros "pecados ecológicos", como advierte mi hermano, el Patriarca Ecuménico Bartolomeo. Estos pecados dañan el mundo natural y también a nuestros hermanos y a nuestras hermanas. Con la ayuda de la gracia de Dios, adoptemos estilos de vida que impliquen menos desperdicio y menos consumo innecesarios, sobre todo allí donde los procesos de producción son tóxicos e insostenibles. Tratemos de estar lo más atentos posible a nuestros hábitos y decisiones económicas, de modo que todos puedan estar mejor: nuestros semejantes, donde quiera que se encuentren, y también los hijos de nuestros hijos. Colaboremos en la continua creación de Dios a través de decisiones positivas, haciendo un uso lo más moderado posible de los recursos, practicando una gozosa sobriedad, eliminando y reciclando los desechos y recurriendo a los productos y a los servicios, cada vez más disponibles que son ecológicamente y socialmente responsables.

Finalmente, para que el río poderoso sigua fluyendo, debemos transformar las políticas públicas que gobiernan nuestras sociedades y modelan la vida de los jóvenes de hoy de mañana. Las políticas económicas que favorecen riquezas escandalosas para unos pocos y condiciones de degradación para muchos determinan el final de la paz y la justicia. Es obvio que las naciones más ricas han acumulado una "deuda ecológica" ( Laudato si’, 51). [5] Los líderes mundiales que estarán presentes en la cumbre COP28, programada en Dubái del 30 de noviembre al 12 de diciembre de este año, deben escuchar la ciencia e iniciar una transición rápida y equitativa para poner fin a la era de los combustibles fósiles. Según los compromisos del Acuerdo de París para frenar el riesgo de calentamiento global, es una contradicción consentir la continua explotación y expansión de las infraestructuras para los combustibles fósiles. Levantamos la voz para detener esta injusticia hacia los pobres y hacia nuestros hijos, que sufrirán las peores consecuencias del cambio climático. Hago un llamado a todas las personas de buena voluntad para que actúen en base a estas orientaciones sobre la sociedad y la naturaleza.

Otra perspectiva paralela se refiere específicamente al compromiso de la Iglesia católica con la sinodalidad. Este año, el cierre del Tiempo de la Creación, el 4 de octubre, fiesta de san Francisco, coincidirá con la apertura del Sínodo sobre la Sinodalidad. Como los ríos que se alimentan de miles de minúsculos arroyos y torrentes más grandes, el proceso sinodal iniciado en octubre de 2021 invita a todos los componentes, en su dimensión personal y comunitaria, a converger en un río majestuoso de reflexión y renovación. Todo el Pueblo de Dios es acogido en un apasionante camino de dialogo y conversión sinodal.

Del mismo modo, como una cuenca fluvial con sus muchos afluentes grandes y pequeños, la Iglesia es una comunión de innumerables Iglesias locales, comunidades religiosas y asociaciones que se alimentan de la misma agua. Cada manantial añade su contribución única e insustituible, para que todas confluyan en el vasto océano del amor misericordioso de Dios. Como un río es fuente de vida para el ambiente que lo circunda, así nuestra Iglesia sinodal debe ser fuente de vida para la casa común y para todos aquellos que la habitan. Y como un río da vida a toda clase de especies animales y vegetales, también una Iglesia sinodal debe dar vida sembrando justicia y paz en cualquier lugar a donde llegue.

En julio de 2022 en Canadá, recordé el Mar de Galilea donde Jesús curó y consoló a mucha gente, y donde proclamó "una revolución de amor". Escuché que también el Lago de Santa Ana es un lugar de curación, consolación y amor, un lugar que «nos recuerda que la fraternidad es verdadera si une a los que están distanciados, que el mensaje de unidad que el cielo envía a la tierra no teme las diferencias y nos invita a la comunión, a la comunión de las diferencias, para volver a comenzar juntos, porque todos —¡todos!— somos peregrinos en camino». [6]

Que en este Tiempo de la Creación, como seguidores de Cristo en nuestro común camino sinodal, vivamos, trabajemos y oremos para que nuestra casa común esté llena nuevamente de vida. Que el Espíritu Santo siga aleteando sobre las aguas y nos guíe a la "renovación de la superficie de la tierra" (cf. Sal 104,30).

 

Roma, San Juan de Letrán, 13 de mayo de 2023

FRANCISCO


 ___________________________________________________________

[1] Homilía junto al Lago Santa Ana, Canadá, 26 julio 2023.

[2] Homilía en ocasión del solemne inicio del ministerio petrino, 24 de abril de 2005.

[3] Encuentro con el clero de la diócesis de Bolzano-Bressanone, 6 de agosto de 2008.

[4]  Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, 21 de julio de 2022.

[5] «Porque hay una verdadera “deuda ecológica”, particularmente entre el Norte y el Sur, relacionada con desequilibrios comerciales con consecuencias en el ámbito ecológico, así como con el uso desproporcionado de los recursos naturales llevado a cabo históricamente por algunos países» ( Laudato si’, 51).

[6]  Homilía junto al Lago Santa Ana, Canadá, 26 julio 2023.

 



VÍDEOS DE TODAS LAS JORNADAS MUNDIALES DE LOS POBRES.

         


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domingo, 1 de septiembre de 2024

¿QUIÉNES SON MÁS DICHOSOS?







      ¿QUIÉNES SON MÁS DICHOSOS?







INTRODUCCIÓN AL BLOG



    VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).

En  los orígenes del Cristianismo tenemos una experiencia muy precisa, la experiencia de unos hombres y mujeres, tocados y atraídos por Jesús de Nazaret, el Cristo, cuyas vidas  se convirtieron en magníficas y distintas desde ese momento, alcanzando cotas de perfección y santidad increíbles a pesar de su debilidad.


            En medio de sus afanes escucharon un na voz que les gritaba: "¡Ven y sígueme!" Una voz que se sigue oyendo en la dinámica del mundo y en la existencia de cada hombre y mujer, deseoso de encontrar un sentido global y permanente a su historia.

            ¡Si, este reclamo a seguir al Nazareno se prolonga desde el principio hasta nuestros días, y continuará hasta el final del tiempo!

La señal de la presencia del Resucitado son los santos. Los santos palpan de vez en cuando la perfección suprema de Dios y nos recuerdan a los humanos que el mal puede ser vencido solamente con sacrificio, constancia y confianza.


¿QUIÉNES SON MÁS DICHOSOS?






 JESÚS NOS PROPONE UN CAMINO DE FELICIDAD Y DE SALVACIÓN
ADIVINA QUIÉNES SON MÁS DICHOSOS.

1.-¿Los que comparten sus bienes con los más necesitados, o los egoístas y ambiciosos que buscan sólo acumular riquezas?
2.-¿Los que conservan la esperanza en las dificultades de la vida, o los desesperados y amargados contra todo y contra todos?
3.-¿Los que son capaces de amar y perdonar, o los rencorosos que tratan de vengarse a toda costa?
4.-¿Los que se comprometen a fondo con la transformación de la sociedad en clave de justicia-amor o los indiferentes que se desentienden de todo?
5.-¿Los comprensivos y pacientes con las faltas del hermano, o los intransigentes e intolerantes que reclaman castigo y mano dura contra el otra?
6.-¿Los que siempre responden con mansedumbre y dulzura, o los vengativos que buscan la venganza siempre?
7.-¿Los sencillos y transparentes que viven en la verdad y la coherencia, o los que buscan triunfar con la mentira y la falsedad?
8.-¿Los honrados que no aceptan componendas ni injusticias, o los que crecen a base de pisotear los derechos de los otros?
9.-¿Los que promueven la paz y la reconciliación entre las personas, o los que siembran la división y la discordia en el ambiente?
10.-¿Los que promueven el diálogo y la tolerancia, o los fanáticos que quieren imponer siempre su verdad y sus criterios?
11.-¿Los que se comprometen con los débiles y denuncian las injusticias, o los duros de corazón que sólo se preocupan de sí mismos?
11.-¿Los que se manifiestan creyentes aunque sean despreciados y ridiculizados, o los que por miedo o por vergüenza ocultan sus creencias religiosas?
12.-¿Los que ponen en Dios su confianza y seguridad, pues es el que llena de sentido su vida, o los que consideran el dinero y el poder como el supremo valor de la vida?




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sábado, 31 de agosto de 2024

LOS SANTOS SE HAN FIJADO EN MARÍA DE NAZARET.





 LOS SANTOS SE HAN FIJADO EN  MARÍA DE NAZARET. 











INTRODUCCIÓN AL BLOG

VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).



LOS SANTOS SE HAN FIJADO EN  MARÍA DE NAZARET. 



"Pregunta a los ángeles que la rodean, si la igualan en perfección y responderán que son muy inferiores a Ella en gracias, méritos y virtud"(San Francisco de Sales).

"Cuán prontamente deseo hacerme esclavo de ti Señora, cuán ávidamente anhelo no verme jamás separado de servirte" (San Ildefonso de Toledo).      

"A ti recurro, a la que nunca ha sufrido repulsa del Señor y cuya misericordia no ha faltado nunca a nadie, cuya clemencia no ha desoído la súplica" (San Guillermo de París).        

"¡Oh María, generosa con los necesitados, dígnate hacernos experimentar los efectos de tu caridad, de tu bondad y de tu prodigalidad!" (San Bernardo).  

"El Padre Celestial, al enviar a su Hijo para la Redención del mundo, te escogió a ti, María; en ti, el Cielo se une con la Tierra" (San Juan XXIII).

"Dios te salve, María, Madre de Dios. En ti está y estuvo todo la plenitud de la gracia y todo bien" (San Francisco de Asís).

"Así como llevaste a Cristo materialmente en tu seno, concédenos que, siguiendo tus huellas, podamos llevarlo nosotros espiritualmente" (Santa Clara de Asís).

"A quien Dios quiere hacer muy santo, lo hace devoto de ti, Santísima Virgen María" (San Luis María Griñón de Monfort).

"Tú, que eres tan poderosa en el cielo y en la tierra, intercede a mi favor para que, bajo tus auspicios, pueda vivir según la ley de Dios y gozar la dicha de verte en la eternidad" (San Pedro Damiano).

"Por ti, María, ha sido rechazada la muerte, despojado el infierno, derribados los ídolos y propagado el conocimiento del Cielo y de tu Divino Hijo por toda la tierra" (San Epifanio).

"¡Cuántas virtudes brillan en ti, María! Asilo de la pureza, estandarte de la fe, modelo de la devoción; Virgen en la casa, Madre en el templo" (San Ambrosio).

"Virgen al concebir, Virgen al dar a luz, Virgen para siempre. ¿Por qué se admiran de esto los hombres? Dios tenía que nacer de esta manera cuando se dignó hacerse hombre" (San Agustín de Hipona).

"¡Oh Santísima Virgen! ¡Dígnate escuchar nuestras súplicas, distribuir entre nosotros tus dones y darnos parte en la abundancia de gracias de que estás llena!" (San Atanasio).

"¡Oh Madre mía! Por la aflicción que experimentaste al ver a tu Divino Hijo inclinar la cabeza y espirar en la Cruz, te suplico que me concedas una buena muerte" (San Alfonso Ma. de Ligorio).

"Virgen María, a ti recurrimos, ¿Podrás rechazarnos, tú que nunca has abandonado a los que te invocan en sus necesidades con toda la sinceridad de su corazón?" (San Bernardino de Siena).

"María, por ti los cielos saltan de alegría, los ángeles se alegran y los demonios huyen, el demonio tentador cayó del Cielo y la criatura caída se ha puesto en su lugar" (San Cirilo de Alejandría).

"Señora, tu nombre es suspiro del alma. Tu nombre es perfume de unción. Tu nombre es alegría en el corazón, miel en la boca, melodía para los oídos" (San Antonio de Padua).

Oh María! no me quites tu socorro! Pero, ¿Cómo podrías quitármelo si eres la Reina de la Misericordia? ¿Quién si no los miserables son el objeto de tu piedad?" (San Bernardo).

"¡Oh María! Bajo tu Santa custodia me pongo sin reservas (…) para que mis pensamientos, palabras y obras sean dirigidas según tu voluntad y la de tu adorable Hijo!" (San Luis Gonzaga).

"Santísima Virgen, dame las fuerzas para vencer las tentaciones de mis enemigos, y preside todas las acciones de mi vida, para que pueda obtener la eterna felicidad" (San Juan Damasceno).

"Tú que eres Madre de Dios y puedes mandar a las potestades del infierno, dígnate mandar que impidan a los demonios causarnos daño, y haz que los ángeles nos protejan" (San Buenaventura).

"Eres el consuelo que el mismo Dios me ha concedido, mi guía en la peregrinación de este mundo, la fuerza en mi debilidad, la riqueza en mi miseria y el bálsamo que cura mis heridas"  (San Germán).

"En ti pongo todos los frutos de mi vida y de mi ministerio; a ti encomiendo el destino de la Iglesia; en ti confío y te declaro una vez más: Totus tuus, María! Todo tuyo!" (San Juan Pablo II).

"¡Madre de mi Salvador! Concédeme que te ame cuanto me sea posible, te invoque mientras pueda y contribuya a honrarte tanto como mis fuerzas lo permitan!" (San Alfonso Ma de Ligorio).

"María es pura, sin mancha. El Dios de bondad podría crear un mundo más hermoso que el que existe, pero no podría crear una criatura más perfecta que María" (Santo Cura de Ars).

"Con la práctica fiel de las virtudes más humildes y sencillas, has hecho, Madre mía, visible a todos el camino recto del Cielo" (Santa Teresa de Lisieux).

"En el Cielo nos quedaremos gratamente sorprendidos al conocer todo lo que tú, María Auxiliadora, has hecho por nosotros en la tierra"  (San Juan Bosco).

"¿Quién no se anima al verte tan tierna, tan compasiva? Si es pecador, tus caricias lo enternecen. Si es tu fiel devoto, tu presencia enciende la llama viva del amor divino" (Santa Teresa de los Andes).

"María es para nosotros un cielo, porque nos trae a Dios. El Altísimo se ha anonadado y en Ella ha hecho mansión, se ha hecho pequeño en Ella para hacernos grandes" (San Efrén).

"Tu vientre intacto, sin labrar ni sembrar más que por el rocío del Cielo, dio a luz al Salvador, proporcionando a los mortales el alimento de la vida eterna" (San Ireneo).

"Concédeme, ¡oh María!, la gracia de amar a mi Señor Jesucristo, tu Hijo, con un amor verdadero y perfecto, y la de amarte después de Él, sobre todas las cosas" (Santo Tomás de Aquino).
















 UNA LISTA DE VÍDEOS SOBRE MARÍA DE NAZARET



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 VÍDEOS PARA ESTAR SEGUROS EN JESÚS




          







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