VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).
La actividad de Jesús sanador con los enfermos ocupa un lugar notable en los evangelios.
Él mismo se refirió a sí mismo dos veces utilizando la imagen del médico (cf. Mc 2,17; Lc 4,23).
Para Jesús la enfermedad no es solo una patología física, sino que tiene dimensiones sociales y sobrenaturales. La enfermedad y la sanación son percibidas por él en su globalidad.
En la época del siglo I en Palestina, Jesús sabe que la enfermedad marcaba negativamente a las personas.
El hecho de estar enfermo y sobre todo ciertas enfermedades (leprosos, ciegos, etc.), tenían connotaciones muy negativas y hacían del enfermo una persona estigmatizada y marginada.
Jesús pone particular interés en romper esa
marginación liberando a los enfermos de la soledad en la vida familiar y social.
Por eso busca en primer lugar un encuentro personal con ellos, que los libere
de la soledad.
*Jesús era un sanador que curaba a la gente: Nuestra cultura nos predispone a imaginar a Jesús como un maestro, que pronunciaba parábolas y sentencias llenas de sabiduría, o como un profeta que anunciaba la llegada de un mundo mejor. Y sin embargo, la imagen de Jesús como un sanador popular que pasó curando a la gente es tan real como las anteriores.
*Jesús es cercano a los marginados:
Los enfermos, y por causa de ellos sus
familias, tenían que soportar una situación de sospecha y marginación. La idea que entonces se
tenía de la enfermedad acentuaba esta condición social de marginación.
El hecho de que Jesús se acerque a los enfermos y se deje tocar por ellos, o de que los cure con formas poco ortodoxas, era un atentado contra las normas de pureza que gobernaban la sociedad palestina del siglo primero. Jesús no tuvo inconveniente en transgredir las normas de pureza imperantes en aquella sociedad, pues solo así podía acercarse a los que estaban en situaciones más marginales.
*Las curaciones de Jesús son un signo de que el Reino de Dios está empezando a llegar:
Los profetas habían anunciado que la curación de los cojos, ciegos, sordos, etc., sería el signo de que se cumplían las promesas de Dios. Jesús se refirió a esta profecía para explicar sus curaciones (cf. Mt 11,2-5; Is 35,5-6).
Se acerca a ellos con amor, movido únicamente por su amor, y ese amor es el que los sana y cura.
*Jesús cura, sana y salva al enfermo: Jesús no cura solamente la enfermedad, sino que además ofrece una sanación interior de la persona, abriéndola a la salvación (cf. Directrices para la Pastoral de la Salud en México, n. 22), como lo dejan ver los siguientes textos: Una mujer enferma que es curada, sanada e invitada a la salvación (cf. Mt 9,20-22); el ciego de Jericó (cf. Mc 10,46-52); los diez leprosos (cf. Lc 17,11-19). Jesús, en su relación con los enfermos, además de orar por ellos, después de preguntar sobre su fe, los cura físicamente, los sana interiormente y los salva integralmente.
*Jesús se identifica con los necesitados
y enfermos.
Jesús se identifica con los necesitados
y en concreto, al decir “estaba enfermo y me visitaron”, se identifica con cada
enfermo, y así propicia una relación en la que se pone en lugar de la persona
enferma (cf. Mt 25,34-40).
*Al estilo de Jesús:
El estilo de Jesús es la misericordia, la compasión, el amor (cf. Directrices para la Pastoral de la Salud en México, n. 27).
En
definitiva: “ver a Cristo en el enfermo
y ser Cristo para el enfermo”.
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