VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).
No
será el poder ni el tener, ni el vencer, sino el amor lo que nos hará cada vez
más personas y nos adentrará en una cultura cada vez más integradora y sin
exclusiones, cada vez más justa y sin discriminaciones, cada vez más libre y
sin desigualdades.
Desde siempre la humanidad, envuelta en sus
sombras, ha buscado la luz. La cultura de los pueblos antiguos es testigo tanto
de la sombra sufrida como de la luz deseada. Y entre ellos es especialmente
significativa la historia de Israel, una historia de sombra y de luz.
También
nosotros, hoy, envueltos en sombras y en oscuridades, especialmente en este
tiempo de Pandemia, se nos invita a buscar la luz.
¡Cuántas
oscuridades existen en nuestro mundo que necesitan ser iluminadas!
¡Cuántas
sombras y huecos existen en cada uno de nosotros que necesitan ser clareadas
por la luz del Niño que nace en Belén!
Verdaderamente
la mirada de la fe ilumina la vida en toda su totalidad. La mirada de la fe
mira lo mismo pero de otra manera.
El
creyente mira el sufrimiento como los demás pero mira más allá del mero dolor
que llena de desesperanza el caminar del hombre, y lo descubre como una oportunidad
para madurar como personas y “completar lo que falta a la pasión de Cristo”.
El
creyente mira la pobreza como los demás pero mira más allá de la mera miseria
que ensombrece la dinámica de los pueblos, y la descubre como una oportunidad
para compartir con los que menos tienen sus bienes, y lo ve a los ojos del
“Cristo pobre”.
Verdaderamente
la mirada de la fe ilumina la vida en toda su totalidad. La mirada de la fe
mira lo mismo pero de otra manera.
La
manera de vivir en cristiano tiene un origen: Jesús. Y aquí radica la
originalidad de la Navidad cristiana.
Navidad
cristiana es cuidar la oración y la solidaridad en nuestra vida, demasiada
cargada de excesos y ruidos.
Navidad
cristiana es descubrir la austeridad y la limosna en nuestra vida diaria,
demasiado repleta de insolidaridad y falta de “mirada” a los pobres.
Navidad
cristina es dar la acogida a cualquier prójimo, especialmente al más
necesitado, en nuestro caminar diario, demasiado cargado de individualismo y
falta de sensibilidad al otro.
Navidad
cristiana es decir no a todo aquello que a menudo contrasta con el Evangelio y
con la dignidad de la persona humana, en ocasiones tan aireadas por los medios
de Comunicación Social y por nuestra sociedad de consumo.
Frente
a un mundo que intenta “olvidar la memoria y la herencia cristiana” de nuestra
historia y de nuestros pueblos, se nos invita a volver a revitalizar nuestra fe
en Jesucristo y replantearnos nuestro fe.
Frente
a un “agnosticismo práctico y una indiferencia religiosa” ambiental, donde “da
la impresión de ser una apostasía silenciosa por parte del hombre
autosuficiente que vive como si Dios no existiera”, celebrar la Navidad debe de
ayudarnos a recuperar la espiritualidad cristiana sin miedos y sin complejos.
Que el Niño que nace
en Belén, “Misterio de la admirable unión de la Naturaleza divina y de la
Naturaleza humana”, nos bendiga a todos, colme de felicidad a todas nuestras familias,
fortalezca todos los lazos sociales en la sociedad, nos sacie de esperanzas y
de ilusiones a todas las personas, de la salud a todos los enfermos,
haga brotar la alegría entre los jóvenes y nos lance hacia cotas cada vez más
altas de prosperidad y de solidaridad.
VÍDEOS SOBRE LA NAVIDAD-TIEMPO MÁGICO 2023
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