LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA HABLA SOBRE EL MUNDO LABORAL.
INTRODUCCIÓN AL BLOG
VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).
LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA HABLA SOBRE EL MUNDO LABORAL.
El trabajo realmente humaniza a las personas y las hace colaboradoras con Dios en la gestación de un mundo que debe ser cada día más de acuerdo a su proyecto de salvación en claves de justicia, solidaridad, amor y perdón.
La Iglesia, en su extenso Magisterio y en su Doctrina Social, ha abordado los problemas laborales y sociales, afirmando los deberes y derechos tanto del obrero como del empresario. Ha reconocido que toda persona tiene derecho a poseer bienes privados y que el obrero tiene derecho a un salario que le procure un sustento digno para él y su familia. También tiene derecho a asociarse para defender sus derechos de forma colectiva y solidaria, al tiempo que pueda realizar su trabajo en condiciones humanamente dignas (respeto, libertad, ausencia de tensiones, higiene, descanso adecuado...), y el deber de desempeñar su tarea con responsabilidad. Ha afirmado que el empresario tiene el deber de pagar a sus obreros un salario digno al tiempo que los beneficios de la empresa reviertan en los trabajadores y, en definitiva, en la sociedad.
Desde Jesucristo la Iglesia levanta la voz en defensa de la dignidad humana en el mundo laboral, en ocasiones tan deshumanizado y tan competitivo.
Pedimos como cristianos que se generen puestos de trabajo en nuestra sociedad y se defienda la dignidad del trabajador/a en nuestras economías de mercado.
VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).
VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).
JESÚS DE NAZARET Y LOS ENFERMOS.
La actividad de Jesús sanador con los
enfermos ocupa un lugar notable en los evangelios.
Él mismo se refirió a sí mismo dos
veces utilizando la imagen del médico (cf. Mc 2,17; Lc 4,23).
Para Jesús la
enfermedad no es solo una patología física, sino que tiene dimensiones sociales
y sobrenaturales. La enfermedad y la sanación
son percibidas por él en su globalidad.
En
la época del siglo I en Palestina, Jesús sabe que la enfermedad marcaba
negativamente a las personas.
El hecho de estar enfermo y sobre todo
ciertas enfermedades (leprosos, ciegos, etc.), tenían connotaciones muy
negativas y hacían del enfermo una persona estigmatizada y marginada.
Jesús pone particular interés en romper esa
marginación liberando a los enfermos de la soledad en la vida familiar y social.
Por eso busca en primer lugar un encuentro personal con ellos, que los libere
de la soledad.
*Jesús
era un sanador que curaba a la gente: Nuestra
cultura nos predispone a imaginar a Jesús como un maestro, que pronunciaba
parábolas y sentencias llenas de sabiduría, o como un profeta que anunciaba la
llegada de un mundo mejor. Y sin embargo, la imagen de Jesús como un sanador
popular que pasó curando a la gente es tan real como las anteriores.
*Jesús es cercano a los marginados:
Los enfermos, y por causa de ellos sus
familias, tenían que soportar una situación de sospecha y marginación. La idea que entonces se
tenía de la enfermedad acentuaba esta condición social de marginación.
El hecho de que Jesús se acerque a los
enfermos y se deje tocar por ellos, o de que los cure con formas poco
ortodoxas, era un atentado contra las normas de pureza que gobernaban la
sociedad palestina del siglo primero. Jesús
no tuvo inconveniente en transgredir las normas de pureza imperantes en aquella
sociedad, pues solo así podía acercarse a los que estaban en situaciones más
marginales.
*Las curaciones de Jesús son un signo de que el Reino de Dios está
empezando a llegar:
Los
profetas habían anunciado que la curación de los cojos, ciegos, sordos, etc.,
sería el signo de que se cumplían las promesas de Dios. Jesús se refirió a
esta profecía para explicar sus curaciones (cf. Mt 11,2-5; Is 35,5-6).
Se acerca a ellos con amor, movido
únicamente por su amor, y ese amor es el que los sana y cura.
*Jesús
cura, sana y salva al enfermo: Jesús no cura solamente la enfermedad,
sino que además ofrece una sanación interior de la persona, abriéndola a la
salvación (cf. Directrices para la Pastoral de la Salud en México, n. 22), como
lo dejan ver los siguientes textos: Una mujer enferma que es curada, sanada e
invitada a la salvación (cf. Mt 9,20-22); el ciego de Jericó (cf. Mc 10,46-52);
los diez leprosos (cf. Lc 17,11-19).Jesús,
en su relación con los enfermos, además de orar por ellos, después de preguntar
sobre su fe, los cura físicamente, los sana interiormente y los salva
integralmente.
*Jesús se identifica con los necesitados
y enfermos.
Jesús se identifica con los necesitados
y en concreto, al decir “estaba enfermo y me visitaron”, se identifica con cada
enfermo, y así propicia una relación en la que se pone en lugar de la persona
enferma (cf. Mt 25,34-40).
*Al estilo de Jesús:
El
estilo de Jesús es la misericordia, la compasión, el amor (cf. Directrices para
la Pastoral de la Salud en México, n. 27).
En
definitiva: “ver a Cristo en el enfermo
y ser Cristo para el enfermo”.
VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).
En
los orígenes del Cristianismo tenemos una experiencia muy precisa, la
experiencia de unos hombres y mujeres, tocados y atraídos por Jesús de Nazaret,
el Cristo, cuyas vidas se convirtieron
en magníficas y distintas desde ese momento, alcanzando cotas de perfección y
santidad increíbles a pesar de su debilidad.
En medio de sus
afanes escucharon un na voz que les gritaba: "¡Ven y sígueme!" Una
voz que se sigue oyendo en la dinámica del mundo y en la existencia de cada
hombre y mujer, deseoso de encontrar un sentido global y permanente a su
historia.
¡Si, este reclamo
a seguir al Nazareno se prolonga desde el principio hasta nuestros días, y
continuará hasta el final del tiempo!
La señal
de la presencia del Resucitado son los santos. Los santos palpan de vez en
cuando la perfección suprema de Dios y nos recuerdan a los humanos que el mal
puede ser vencido solamente con sacrificio, constancia y confianza.