Vistas de página en total

Elige tu idioma

revolvermaps

Buscar este blog

SEDUCIDOS POR EL CAMINO

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

SUSCRÍBETE A MI CANAL DE YOUTUBE

SUSCRÍBETE A MI CANAL DE YOUTUBE
Puede interesarte

viernes, 15 de marzo de 2024

ESPECIAL: LA PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS DE NAZARET.







ESPECIAL: LA PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS DE NAZARET.




INTRODUCCIÓN AL BLOG

VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).



ESPECIAL: LA PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS DE NAZARET.






INTRODUCCIÓN: 

Los Evangelios no son vidas ni biografías de Jesús. Son Catequesis de la Comunidad cristiana a la luz de la Resurrección.  Se ha escrito que los Evangelios son «relatos de la Pasión precedidos de una larga introducción»  (M. Kahler). 

Habrá que afirma dos planteamientos básicos: 
1.-La pasión de Jesús de Nazaret es contemplada  a la luz de la Resurrección.
2.-La Pasión es leída/interpretada a la luz del Antiguo Testamento, por esta razón, la narración de la Pasión se encuentran intercaladas múltiples alusiones a textos del AT.
Dos de ellas de especial importancia, porque iluminan teológicamente todo el arco del acontecimiento de la Pasión: Salmo 22 e Isaías 53. 

El sentido de la meditación de la Pasión y muerte de Jesús tiene un valor SOTERIOLÓGICO: "Murió por nosotros y por nuestros pecados". Y, en el lenguaje neotestamentario la muerte de Cristo se con contempla como sacrificio expiatorio (limpia los pecados) y como acto redentor (libera del mal). 

Afirmar que la Pasión es interpretada y leída a la luz del Antiguo Testamento supone que hay que buscar las claves en las mismas Escrituras. Por esta razón, la muerte de Jesús es interpretada como la muerte del Profeta, del Justo injustamente tratado y del Siervo Sufriente (Is 53, sal 69).


        




      


LA MUERTE DE JESÚS: CONSECUENCIA DE SU PENSAR Y DE SU OBRAR.




    Desde el principio la muerte aparece como una amenaza en la vida de Jesús. El éxito-fracaso, simpatías-hostilidad, seguidores-enemigos se mezclan desde el principio en la vida de Jesús. Prácticamente no tuvo tiempo de triunfar y desde el principio de su Ministerio pública traman su muerte.      

      A través de la lectura de los Evangelios Sinópticos y de San Juan, contemplamos que la muerte atroz de Jesús no puede desligarse de su vida y de su predicación. Su pasión es el culmen de una existencia, marcada por la total entrega a hacer presente el Reino de Dios.

    Teniendo en cuenta sus tomas de posición, el final, en cierto modo, fue lógico. No buscó la muerte, pero ésta le vino impuesta desde fuera y él la aceptó, no resignadamente, sino como expresión de la libertad y la fidelidad a la causa de Dios y de los hombres. Abandonado, rechazado y amenazado, no se doblegó para sobrevivir, sino que siguió fiel a su misión.

    Su muerte violenta fue una consecuencia de su obrar, de su pretendida autoridad que había caracterizado su vivir, su relativización de la Ley y del Templo,  su “descarada libertad”, su nueva imagen de Dios a quien anunció como compasión y perdón, ternura y, sobre todo, como un Padre lleno de misericordia; su cercanía con los pecadores y excluidos,  su exigencia de conversión, su crítica profética contra los dueños del poder socio-religioso-político... Su vida provocó el conflicto y la oposición de las autoridades judías y romanas. En definitiva, “su tiempo le pasó la factura” (Hans Küng). 

    No buscó la muerte pero pudo preveer su muerte meditando la muerte de los profetas, de Juan Bautista y la radicalidad de su mensaje.

    Hay que afirmar que la predicación de Jesús no se puede entender al margen de su forma de actuar, como tampoco se puede entender su actuación sin tener en cuenta su predicación.

    En los Evangelios se han conservado algunas acusaciones que hablan de su comportamiento: comer con los pecadores, expulsar demonios, no guardar el ayuno, no observar la ley.

    Las comidas de Jesús ocupa un lugar considerable e la tradición evangélica. Comer con otras personas fue para Jesús una forma privilegiada de dar a conocer el proyecto de Dios.

   Las comidas de Jesús tenían un enorme significado y escandizaba en su tiempo. Declaraba a todos los alimentos puros.

    Al admitir a la mesa a los publicanos y a otros pecadores públicos, Jesús ponía en práctica una estrategia de reintegración social porque los pecadores, los enfermos y los endemoniados habían sido marginador por la sociedad en la que vivían.

     Las comidas de Jesús tenían que ver con la llegada del Reino de Dios. Esta relación aparece en sus parábolas y en su predicación. Ya los profetas habían relacionado las comidas con el cumplimiento de las promesas de Dios (Is 2).              Jesús señala que el reino es como un gran banquete en el que los puestos de honor se organizan de otra manera; un banquete al que hay que invitar sobre todo a los ciegos, cojos, lisiados, indigentes… (Lc 14).

    Uno de los rasgos que más caracteriza la vida, las palabras y las acciones de Jesús es su “descarada libertad”.

    Los evangelios señalan que era hábil y tiene un dominio en toda clase de situaciones: Es hábil en las discusiones con sus enemigos:  (Jn 8,7) (Jn 9,40-41); sabe desenvolverse en medio de las multitudes; es libre y soberano ante las autoridades de todo tipo: (Lc 6,2-5) (Mc 3,1-6),

     Se mantiene firme frente a sus amigos y enemigos: cuando lo acusan de endemoniado y de samaritano (Jn 8, 48), y en la respuesta durísima a Pedro (Mt 16,23).

    También se mantiene firme en las tentaciones: “Apártate de mí, Satanás” (Mt 4,10). Además, no soporta que se profane el templo (Jn 3,14).

    Se siente libre ante las riquezas, reconociendo que pueden ser un riesgo, que impiden crecer como personas y trabajar por el Reino de Dios (Mt 5,3; 6,19-21; 19,23ss; Lc 12,29ss).

     Tiene libertad ante las autoridades. Ante Herodes, que tenía curiosidad de conocerle, Jesús mantiene una actitud digna (Lc 23,8). Y en otra ocasión le llama zorro (Lc 13,32).

Ante las autoridades religiosas se muestra libre y les echa en cara su hipocresía (Mt 23,23-32)

Sus propios enemigos le reconocerán veraz y carente de servilismos (LC 20,20-22).

    Tiene libertad ante las leyes religiosas de su tiempo, que cumple, pero superándolas y poniendo por encima de ellas el amor. Ante el precepto del sábado, el más sagrado para los judíos (Mc 2,23; 3,1); Ante el ayuno (Mc 2,18); Ante el templo (Jn 4, 20-24)

  Posee una libertad interior profunda, que le llevará a superar el temor a la muerte y va libremente a ella (Jn 10,18).

        Jesús posee una conciencia clara y creciente de que tiene una misión por realizar, y su decisión de llevarla hasta el final. Su misión es clara: Ha venido a anunciar y a poner en marcha el Reino de Dios (Mc 1,15; Mt 6,3; 8,12; 25,34).        Toda su vida ha sido una firme decisión de vivir y hacer vivir el Reino de Dios, por el cual nos manda sacrificar todo, como él mismo lo ha hecho.                           

    En definitiva la muerte de Jesús es una consecuencia de su vida de entrega, de amor y de lucha contra el mal. Varias veces intentan eliminarlo (Mc 11,18; Jn 7,44), le espían para tener de qué acusarle (Mt 22,15), le acusan de blasfemo (Mt 14,64), de agitador político (Mc 15,2-4), de agitador religioso (Mt 26,60ss).



            




1.-SUBIDA A JERUSALÉN



Según los Evangelios, el desenlace lo que desencadena la subida de Jesús a la Ciudad Santa, Jerusalén. 
Los Evangelios Sinópticos nos informan de una Pascua celebrada por Jesús en Jerusalén, Sin embargo, el Evangelio de San Juan refiere que Jesús celebró tres fiestas de Pascua durante su vida pública:  
*Una en relación con la purificación del templo (2,13-25)
*Otra con ocasión de la multiplicación de los panes (6,4)
*Otra, la Pascua de la muerte y resurrección (12,1; 13,1)

Según los cuatro evangelios, Jesús fue con sus seguidores a Jerusalén para celebrar allí la fiesta de Pascua: " Entró a lomos de un asno,   para que se cumplieran las palabras del profeta Zacarías  "He aquí que tu rey viene a ti, manso y montado sobre un asno, sobre un pollino hijo de una bestia de carga". (Zac 9,9)
Fue recibido por una multitud, que lo aclamó como "hijo de David“, una proclamación mesiánica gritan palabras del Salmo 118. 
Jesús entró cubierto de humildad, montado en un asno, y no como los grandes militares y reyes, que entraban en caballos. 
Jesús no sólo encontró en Zacarías la imagen del rey de la paz que llega sobre un burro, sino también la del pastor herido que, con su muerte, trae la salvación.
   La Iglesia naciente pudo ver en la Entrada de Jesús la representación anticipada de lo que ella misma hace en la liturgia:  Así como el Señor entró en la ciudad Santa a lomos de un asno, la Iglesia lo veía llegar siempre nuevamente bajo la humilde apariencia del pan y el vino  (Didaché, Benedicto XVI…) 

       





2.-EXPULSIÓN DE LOS MERCADERES DEL TEMPLO



Según los evangelios sinópticos, a continuación fue al Templo de Jerusalén 
y expulsó de allí a los cambistas y a los vendedores de animales para los sacrificios rituales (Mt 21; Lc 19; Mc 11). En cambio, el Evangelio de San Juan,  sitúa este episodio al comienzo de la vida pública de Jesús, y lo relaciona con una profecía sobre la destrucción del Templo (Jn 2).

      Jesús, según los Evangelios, usa una cita del profeta Jeremías: “Habéis hecho de mi casa una cueva de bandidos” (Jer 7,11).  Y recordemos que Jeremías aboga por la unidad entre el culto y la vida en la justicia delante de Dios, y la no politización de la fe. 

Jesús realiza este gesto profético en el Templo abogando por su única mediación válida entre el hombre y Dios: “Destruid este templo y yo en tres días lo levantaré” (Jn 2,19). En definitiva, la señal que establece el culto verdadero es su Cruz y su Resurrección. Ha llegado el momento de adorar a Dios en "espíritu y en verdad", y el verdadero Templo es Jesús. 


        




3.-CENA PREVIA A LA MUERTE DE JESÚS.



Se conservan cuatro relatos ―los tres de los sinópticos (Mt 26,26-29; Mc 14,22-25; Lc 22,14-20) y el de San Pablo (1 Co 11,23-26). Según el relato de San Juan, al comienzo, en un gesto cargado de significado, Jesús lava los pies a sus discípulos dando así ejemplo humilde de servicio (Jn 13,1-20). 
Según los Evangelios Sinópticos la Cena de despedida fue una Cena Pascual en el 15 de nisán,  mientras que en San Juan no, queriendo presentar a Jesús como el Cordero Pascual que se inmola por todos en el 14 de nisán.  
Muy pronto fue considerada la Última Cena como la Pascua de Jesús, donde no sólo anunciaba su muerte, sino que  incluía en los dones eucarísticos también una anticipación de la cruz y la resurrección.
Los gestos y las palabras de Jesús dieron lugar al Sacramento y que constituyen el núcleo del nuevo rito: «Y tomando pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: —Esto es mi cuerpo, que es entregado por vosotros. Haced esto en memoria mía» (Lc 22, 19). 


        





4.-LA AGONÍA DE JESÚS EN EL GETSEMANÍ



La agonía de Jesús en el Huerto de los Olivos es un hecho afirmado, en los 4 Evangelios. Los evangelios nos presentan a Jesús al final como un pobre hombre, abandonado, despreciado por sus enemigos y amigos. Siente la ausencia y el abandono de Dios Padre, “Abba”. 
Jesús cayó en tierra: La postura de oración que expresa la extrema sumisión a la voluntad de Dios, el abandono más radical a Él
Jesús debe experimentar la incomprensión, la infidelidad incluso dentro del círculo más íntimo de los amigos y, de este modo, “cumplir la Escritura”.  En definitiva, hay una "ruptura en el seguimiento" de los discípulos: "Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas" (Mt 26, 31).

      






5.-TRAICIÓN DE JUDAS Y NEGACIÓN DE PEDRO.


Los Evangelios no tienen reparo en subrayar que los Apóstoles no estuvieron a la "altura de las circunstancias" y hablan de abandono y dispersión. 
        Especialmente dolorosos son la Traición de Judas y la Negación de Pedro, dos personas pertenecientes al grupo íntimo de Jesús. 
    Judas rompe la amistad con Jesús y parece que desconfía de él. Es como si el Salmo 41 se hace realidad: “Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba, el que compartía mi pan, me ha traicionado” (Sal 41,10)
      La Traición tiene un precio: 30 monedas de plata, y su posterior arrepentimiento se convierte en desesperación y tristeza, que le llevará a la muerte. 
Judas ya no logra creer en el perdón. Su arrepentimiento se convierte en desesperación.
La negación de Pedro ante unos criados en la casa de Caifás supone un sufrimiento añadido de Jesús. En el mismo momento en que Caifás interroga a Jesús y le hace finalmente la pregunta sobre su identidad mesiánica, Pedro en el patio del palacio reniega de Jesús.
Las palabras de Jesús de que le negaría antes de que el gallo cantara reaparecen de repente ante la mirada de Jesús. La mirada de Jesús llega a los ojos y al alma del discípulo infiel. Y Pedro, “saliendo afuera”, lloró amargamente (Lc 22,62).



      





6.-PROCESOS JUDICIALES DE CONDENA A JESÚS.



Los Evangelios nos permiten distinguir tres etapas en el camino hacia la sentencia jurídica de condena a muerte: 
1-una reunión del Consejo en la casa de Caífás. 
2.-el interrogatorio ante el Sanedrín. 
3.-Proceso ante Pilato. 

Hay dos procesos de condena a Jesús: 
1.-el proceso religioso  frente al Consejo en la Casa de Caifás y al Sanedrín  como blasfemo, envaucador, falso mesías, falso maestro que cuestiona las raíces de la religión judía (el templo, el sábado, las costumbres) e incluso relativiza la ley de Moisés. Se le condena en nombre de Dios.
2.-el proceso político frente a Poncio Pilatos como rebelde político, enemigo de Roma, incitador a la revuelta... Jesús había sido declarado culpable de blasfemia, un crimen para el que estaba previsto la pena de muerte.
Jesús se había declarado a sí mismo Mesías, y de esta manera había reclamado para sí la dignidad regia
La reivindicación de la realeza mesiánica era un delito político que debía ser castigado por la justicia romana. La acusación de que Jesús se había declarado rey de los judíos era muy grave. 
Los reyes debían ser legitimados por Roma y obtener de Roma sus derechos de soberanía Un rey sin esa legitimación era un rebelde que amenazaba la pax romana y se convertía en reo de muerte. 


        




7.-LA FLAGELACIÓN Y LA CORONACIÓN DE ESPINAS


El momento previo a la crucifixión era terrible. La flagelación era el castigo que, según el derecho romano, se infligía como pena concomitante a la condena de muerte (Hengel-Schwemer) 
Los evangelios nos hablan de la coronación de espinas por parte de los soldados como un acto de humillación y de burla hacia el reo que se proclama "rey". 
    El manto de color púrpura, la coronación de espinas y el cetro de caña lo atestiguan, unido a las bofetadas que les acompañan. 

         



8.-LA CRUCIFIXIÓN EN EL TIEMPO DE JESÚS.





Conoce la manera de crucificar en el tiempo de Jesús.

Esta forma de ejecución, considerada maldita, se cree que tiene un origen persa. Fue llamada "árbol siniestro", juntamente con la horca.
La muerte por crucifixión era reservada especialmente para los criminales más crueles y despreciados. Si un condenado a muerte probaba que tenía la ciudadanía romana podía ser decapitado, una ejecución considerada más digna, rápida. Y no tenía que padecer la agonía lenta y terrible de la crucifixión.
El procedimiento generalmente era así: El condenado tenía que cargar, amarrado, a un leño horizontal, casi siempre de pino, de unos 200 centímetros, llamado "stipes", hasta el lugar de su ejecución.

  Se clavaban los pies, uno delante del otro con las piernas un poco dobladas. Luego se les rompían las piernas a la altura de las rodillas y los brazos los clavaban por las muñecas. Al crucificado se les dejaba morir lentamente de hambre, sed, insolación, dolor, asfixia...
  En el lugar de la ejecución, el palo vertical de la cruz, llamado "patibulum", estaba ya levantado, y al llegar se fijaban los troncos, Stipes y Patibulum, dando lugar a la forma de cruz.

   Al principio, las cruces no eran muy altas y los algunos reos podías estar en ellas entre 3 y 5 días antes de morir. Durante ese tiempo las alimañas los atacaban y algunos eran atacados ferozmente. Con el tiempo, en un acto de misericordia, las cruces fueron hechas más altas.




9.-CRUCIFIXIÓN  Y MUERTE DE JESÚS. 


No olvidemos que la Pasión y la Crucifixión es leída e interpretada a la luz del Antiguo Testamento, por esta razón, la narración de la Pasión se encuentran intercaladas múltiples alusiones a textos del AT. Dos de ellas de especial importancia, porque iluminan teológicamente todo el arco del acontecimiento de la Pasión: Salmo 22 e Isaías 53. 
En el momento de la muerte, Jesús dirá algunas palabras, distintas en cada Evangelista.  Según San Marcos y San  Mateo, Jesús morirá con el Salmo 22: “Dios mío, Dios mío, porqué me has abandonado” (Mc 15,34; Mt 27,46); según San Lucas, Jesús morirá con el Salmo 31: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc
 23,34); y según San Juan, Jesús terminará con la expresión: "Todo está cumplido" “Está cumplido” (Jn 19,30). 

Algunos autores han querido ver la referencia a la "túnica sin costuras" como una referencia a la dignidad de Jesús como Sumo Sacerdote, expuesto en la oración sacerdotal de Jesús en la Última Cena: No solamente muere el verdadero Rey de Israel, sino también el Sumo Sacerdote que cumple su ministerio Sacerdotal  (R. E. Brown).  

La referencia al velo del templo que se rasgó en dos, de arriba abajo  (Mt 27,51; Mc 15,38; Lc 23,45) nos hace referencia a la única mediación de Cristo: La época del antiguo templo y sus sacrificios se han acabado, Jesús crucificado nos reconcilia a todos con el Padre, y nos manifiesta cómo Dios mismo en el Crucificado se ha manifestado como el que ama hasta la muerte 

San Juan dirá que "de su costado salió sangre y agua (Jn 19,34). Es la hora en que se sacrificaban los corderos pascuales. Estaba prescrito que no se les debía partir ningún hueso .  Jesús aparece como el verdadero Cordero Pascual que es puro y perfecto. 
Los Padres han visto en el doble flujo de sangre y agua una imagen de los dos sacramentos fundamentales la Eucaristía y el Bautismo,  que manan del costado traspasado del Señor, de su corazón.  Ellos son el nuevo caudal que crea la Iglesia y renueva a los hombres.  (Benedicto XVI).


       




10.-EL CRUCIFICADO HA RESUCITADO. 



Todas las fuentes cristianas sin distinción afirman la resurrección de Jesús. Es más, la resurrección de Jesús es la afirmación cardinal de la fe cristiana. En 1 Cor 15,3-5 se afirma que “si Cristo no ha resucitado, entonces nuestra predicación no tiene contenido ni vuestra fe tampoco”.
Los Apóstoles apelarán siempre a la experiencia pascual fundante de Jesús de Nazaret y la esencia misma de todo su predicación: Dios ha resucitado al crucificado y nosotros somos testigos. 

       


CHARLAS SOBRE SEMANA SANTA: PASIÓN-MUERTE Y RESURRECCIÓN DE JESÚS EN LA PARROQUIA DE SAN ACISCLO EN CÓRDOBA 2022.




       Descubre la razón por la que
 cambia de fecha la Semana Santa




UNA LISTA DE VIDEOS: FIRMES Y SEGUROS EN LA FE








  CONOCE MIS LIBROS EN BUBOK



Canal de Francisco Baena Calvo.

CANAL DE FRANCISCO BAENA CALVO EN YOUTUBE

Me gustaría que te suscribieras a mi canal: 

Conoce mi página web: www.marinaveracruz.net





conóceme un poco más