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lunes, 4 de marzo de 2024

MARÍA MAGDALENA: LA "APÓSTOL DE LOS APÓSTOLES".






MARÍA MAGDALENA: LA "APÓSTOL DE LOS APÓSTOLES".



INTRODUCCIÓN AL BLOG

VAYAMOS AL ENCUENTRO pretende ser un blog para reafirmarse en la aventura de la fe cristiana, sabiendo, como nos decía Benedicto XVI que “la fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte… " (3-10-2007).



MARÍA MAGDALENA: LA "APÓSTOL DE LOS APÓSTOLES".




I.-INTRODUCCIÓN:

 

      María Magdalena  es mencionada, tanto  en los evangelios canónicos como en varios evangelios apócrifos como una distinguida discípula de  Jesús  de Nazaret.  

   Es considerada Santa por la Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa y Comunión Anglicana, que celebran su festividad el 22 de Julio.                                                   

    El Papa  San Pablo VI  retiró del calendario litúrgico el apelativo de “penitente” adjudicado tradicionalmente a María Magdalena en 1969.                                                  

    El Papa Juan Pablo II en Mulieris Dignitatem llama a María Magdalena como la “Apóstol de los Apóstoles”.   

     La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en 2016 publicó un decreto que elevaba la memoria de Santa María Magdalena al rango de fiesta en el Calendario Romano General por deseo expreso del Papa Francisco.   

    Reviste una especial importancia para las corrientes gnósticas del Cristianismo.   

    Su nombre hace referencia a su lugar de procedencia: Magdala, localidad situada en la costa occidental de lago de Tiberíades y aldea cercana a Cafarnaúm.

 

II.-MARÍA MAGDALENA EN LOS EVANGELIOS CANÓNICOS:




       En los cuatro evangelios hay referencias a ella, la mayor parte de las cuales se vinculan directamente con la Pasión y Resurrección de Jesús (Mc 15, 40.47; Mc 16,9; Jn 19, 25; Jn 20,1-2; 11-18; Lc 8,1-3;  Lc 24,1-11; Mt 27, 55-56.61; 28,1; Lc 24,10).  


A.-ACOMPAÑA A JESÚS Y A LOS DOCE. 

“81Después de esto iba él caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce, 2y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y de enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; 3Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que les servían con sus bienes” (Lc 8,1-3).  

         

B) ESTUVO PRESENTE EN LA CRUCIFIXIÓN Y VIO DONDE JESÚS ERA SEPULTADO (Mt 27,55-61; Mc 15,46-47 y Jn 19,25).  


“ 55Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirlo; 56entre ellas, María la Magdalena y María, la madre de Santiago y José, y la madre de los hijos de Zebedeo. 57Al anochecer llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo de Jesús. 58Este acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se lo entregaran. 59José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, 60lo puso en su sepulcro nuevo que se había excavado en la roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó. 61María la Magdalena y la otra María se quedaron allí sentadas enfrente del sepulcro” (Mt 27, 55-61). 


“ 46Este compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro, excavado en una roca, y rodó una piedra a la entrada del sepulcro. 47María Magdalena y María, la madre de Joset, observaban dónde lo ponían” (Mc 15, 46-47).

 “25Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena” (Jn 19,25). 

 

C)  FUE TESTIGO DE UNA APARICIÓN DE JESÚS RESUCITADO (Jn 20,11-18).


“201El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. 2Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto». 3Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. 4Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; 5e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró. 6Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos 7y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. 8Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. 9Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos. 10Los dos discípulos se volvieron a casa. 11Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro 12y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. 13Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». 14Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. 15Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?». Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré». 16Jesús le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice: «¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!». 17Jesús le dice: «No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”». 18María la Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto».  (Jn 20,1-18).  

 

C) EN COMPAÑÍA DE OTRAS MUJERES, FUE LA PRIMERA TESTIGO DE LA RESURRECCIÓN, SEGÚN UNA TRADICIÓN EN LA QUE CONCUERDAN LOS CUATRO EVANGELIOS.   

161Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús. 2Y muy temprano, el primer día de la semana, al salir el sol, fueron al sepulcro. 3Y se decían unas a otras: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?». 4Al mirar, vieron que la piedra estaba corrida y eso que era muy grande. 5Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de blanco. Y quedaron aterradas. 6Él les dijo: «No tengáis miedo. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? Ha resucitado. No está aquí. Mirad el sitio donde lo pusieron. 7Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro: “Él va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis, como os dijo”». 8Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues estaban temblando y fuera de sí. Y no dijeron nada a nadie, del miedo que tenían. 9Resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. 10Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. 11Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron” (Mc 16,1-11).


“241El primer día de la semana, de madrugada, las mujeres fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. 2Encontraron corrida la piedra del sepulcro. 3Y, entrando, no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. 4Mientras estaban desconcertadas por esto, se les presentaron dos hombres con vestidos refulgentes. 5Ellas quedaron despavoridas y con las caras mirando al suelo y ellos les dijeron: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? 6No está aquí. Ha resucitado. Recordad cómo os habló estando todavía en Galilea, 7cuando dijo que el Hijo del hombre tiene que ser entregado en manos de hombres pecadores, ser crucificado y al tercer día resucitar». 8Y recordaron sus palabras. 9Habiendo vuelto del sepulcro, anunciaron todo esto a los Once y a todos los demás. 10Eran María la Magdalena, Juana y María, la de Santiago. También las demás, que estaban con ellas, contaban esto mismo a los apóstoles. 11Ellos lo tomaron por un delirio y no las creyeron” (Lc 24,1-11).


“281Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María la Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. 2Y de pronto tembló fuertemente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, corrió la piedra y se sentó encima. 3Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve; 4los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. 5El ángel habló a las mujeres: «Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. 6No está aquí: ¡ha resucitado!, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía 7e id aprisa a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis”. Mirad, os lo he anunciado». 8Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos. 9De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «Alegraos». Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante él. 10Jesús les dijo: «No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán» (Mt 28,1-10).

 

III.-MARÍA MAGDALENA CONFUNDIDA CON OTROS PERSONAJES DEL NT.





      La tradición católica ha identificado con María Magdalena a otros personajes citados en el Nuevo Testamento:

 

11.-LA MUJER ADÚLTERA A LA QUE JESÚS SALVA DE LA LAPIDACIÓN, en un episodio que sólo relata el evangelio de San Juan (Jn 8,1-11).


“81Por su parte, Jesús se retiró al monte de los Olivos. 2Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. 3Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, 4le dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. 5La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?». 6Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. 7Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra». 8E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. 9Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante. 10Jesús se incorporó y le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?». 11Ella contestó: «Ninguno, Señor». Jesús dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más». (Jn 8,1-11).

 

22.-LA MUJER QUE UNGE CON PERFUME LA CABEZA DE JESÚS EN CASA DE SIMÓN, EL LEPROSO, según los Evangelios Sinópticos cuyo nombre no se menciona (Mc 14,3-9; Mt 26,6-13).

 

“3Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso, sentado a la mesa, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y se lo derramó sobre la cabeza. 4Algunos comentaban indignados: «¿A qué viene este derroche de perfume? 5Se podía haber vendido por más de trescientos denarios para dárselo a los pobres». Y reprendían a la mujer. 6Pero Jesús replicó: «Dejadla, ¿por qué la molestáis? Una obra buena ha hecho conmigo. 7Porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros y podéis socorrerlos cuando queráis; pero a mí no me tenéis siempre. 8Ella ha hecho lo que podía: se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. 9En verdad os digo que, en cualquier parte del mundo donde se proclame el Evangelio, se hablará de lo que esta ha hecho, para memoria suya». (Mc 14,3-9).


"6Hallándose Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso, 7se le acercó una mujer llevando un frasco de alabastro con perfume muy caro y lo derramó sobre su cabeza mientras estaba a la mesa. 8Al verlo los discípulos se indignaron y dijeron: «¿A qué viene este derroche? 9Esto se podía haber vendido muy caro y haber dado el producto a los pobres». 10Dándose cuenta Jesús les dijo: «¿Por qué molestáis a la mujer? Ha hecho conmigo una obra buena. 11Porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no me tenéis siempre. 12Al derramar el perfume sobre mi cuerpo, estaba preparando mi sepultura. 13En verdad os digo que en cualquier parte del mundo donde se proclame este Evangelio se hablará también de lo que esta ha hecho, para memoria suya». (Mt 26,6-13).


33.-CON MARÍA, LA HERMANA DE LÁZARO Y MARTA, a la que se atribuye en el Evangelio de San Juan la iniciativa de ungir los pies de Jesús (Jn 12,1-8).

 “121Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. 2Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. 3María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. 4Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: 5«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?». 6Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando. 7Jesús dijo: «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; 8porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis» (Jn 12,1-8).


IV.-MARÍA COMO “LA MUJER QUE FUE UNA PECADORA”




      La identidad de María Magdalena como María de Betania y «la mujer quien fue una pecadora» fue establecida en un sermón que el Papa Gregorio I dio en el año 591: “Ella, la cual Lucas llama la mujer pecadora, la cual José llama María [de Betania], nosotros creemos que es María, de quien siete demonios fueron expulsados, según Marcos”.   

   Esta teoría gozó de mucha popularidad en el siglo XIX y constituyó   un tema frecuente en la iconografía cristiana occidental.

          De ella Jesús había expulsado siete demonios (Lc 8,2; Mc 16,9), que es lo mismo que decir “todos los demonios”.  

  A menudo se ha presentado como una metáfora de que María había sido llevada por Jesús a la Sabiduría de Dios eliminando de su persona los siete pecados capitales (soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza), pero para muchos exegetas esta tesis no se sostiene, ya que no se empezaría a hablar de pecados capitales hasta la segunda mitad del siglo III. Y el hecho de que esos demonios expulsados sean precisamente siete es demasiado simbólico.       

           El número 7, para la tradición judía, es el número de lo que es o llegará a ser perfecto y pleno.  

     La numerología bíblica respecto al siete es abundantísima, y ya la encontramos en el relato mismo de la Creación: Dios descansó el séptimo día, el primer ser humano que fue justo a los ojos de Dios fue Enoc, la séptima generación desde Adán, y no conoció la muerte; Noé metió a los animales en el arca de siete en siete, siete días después vino el Diluvio, el arca reposó finalmente al séptimo mes sobre las montañas del Ararat, etc. Incluso en los evangelios hay un relato sobre la importancia del siete, cuando Pedro le pregunta a Jesús cuántas veces ha de perdonar al hermano que peque contra él, si hasta siete, a lo que Jesús le responde: "no te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete" (Mateo 18:21-22). Esta preponderancia del número siete en toda la tradición judeocristiana hace que nos preguntemos por el significado real de esos siete demonios que Jesús expulsó de María Magdalena.   

         Puede que la expulsión de esos siete demonios sea una forma simbólica de decir que Jesús la hizo ser una "justa", entendido esto como una mujer que sigue con todo su cuerpo, toda su mente, todo su corazón y toda su alma a Jesús. Aunque claro, no hay que descartar que fuera realmente una curación física, pues las enfermedades se asociaban a los demonios.   

   Para la cristología de Marcos y Lucas, Jesús lleva a las personas a la verdadera salud, a la plenitud de sí mismas, hasta conseguir salvarlas de la muerte. 

 

V.-TRADICIONES DIVERSAS SOBRE MARÍA MAGDALENA


 

A) TRADICIÓN ORTODOXA:

   María Magdalena se retiró a Éfeso con la Virgen María y el Ápóstol Juan, y murió allí.    

   En 886 sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla, donde se conservan en la actualidad.  

  Gregorio de Tours (De miraculis, I, xxx) corrobora la tradición de que se retiró a Éfeso, y no menciona ninguna relación con Francia.


B) OTRA TRADICIÓN:

    María Magdalena (identificada aquí con María de Betania), su hermano Lázaro y Maximino, uno de los setenta y dos discípulos, así como algunos compañeros, viajaron en barca por el Mar Mediterráneo huyendo de las persecuciones en Tierra Santa y desembarcaron finalmente en el lugar llamado Saintes Maries de la Mer, cerca de Arlés.          Posteriormente, María Magdalena viajó hasta Marsella, desde donde emprendió, supuestamente, la evangelización de  Provenza, para después retirarse a una cueva -  La Sainte-Baume- en las cercanías de Marsella, donde habría llevado una vida de penitencia durante 30 años.

 

VI.-MARÍA EN LOS EVANGELIOS GNÓSTICOS.



       Los evangelios apócrifos o extracanónicos son los escritos surgidos en los primeros siglos del Cristianismo en torno a la figura de Jesús de Nazaret, que no fueron incluidos ni aceptados en el canon de la Biblia.

     Los evangelios apócrifos, en su mayoría, fueron escritos después del siglo II después de Cristo, y  fueron rechazados por contener material contrario a la fe, esencialmente de carácter Gnóstico.

El gnosticismo estuvo influenciado por filósofos tales como Platón y está basado en dos premisas.

 Primero, adopta un dualismo en cuanto al espíritu y la materia. Los gnósticos aseguran que la materia es inherentemente mala y el espíritu es bueno. Como resultado de esta presuposición, los gnósticos creen que cualquier cosa que se haga en el cuerpo, incluso el pecado más grande, no tiene sentido, porque la vida real existe solamente en el reino de los espíritus.
   Segundo, los gnósticos afirman poseer un elevado conocimiento, una “verdad superior” dada a conocer solamente a unos pocos. El gnosticismo viene de la palabra griega gnosis que significa “conocer”. Los gnósticos sostienen poseer un conocimiento superior, adquirido no en la Biblia, sino en algún plano místico superior de la existencia. Los gnósticos se ven a sí mismos como una clase privilegiada, elevada sobre todas las demás por su conocimiento más elevado y profundo de Dios.

 

A) “EL EVANGELIO DE MARÍA”.

      Lo que se conoce por Evangelio de María es un texto gnóstico escrito originalmente en griego, que nos ha llegado a través de dos fragmentos en papiro del siglo III, encontrados en Oxirrinco (Egipto) (P.Ryl. III 463 y P.Oxy. L 3525), y una traducción al copto del siglo V (P.Berol. 8502).      

   En él se representa a María, probablemente la Magdalena (aunque sólo se le llama María), como fuente de una revelación secreta al estar en estrecha relación con el Salvador.    

   En el texto fragmentario que nos ha llegado se narra que los discípulos le hacen preguntas a Cristo resucitado y él les responde. Luego les envía a predicar el evangelio del Reino a los gentiles y se marcha.    

   Los discípulos se quedan tristes, sintiéndose incapaces de cumplir el mandato. Entonces María les anima a llevarlo a cabo.   

   Pedro le pide que les comunique las palabras del Salvador que ellos no han escuchado, ya que saben que él “le amaba a ella más que al resto de las mujeres”.     

   María refiere su visión, repleta de consonancias gnósticas. 

        En el contexto de un mundo que va hacia su disolución, explica las dificultades del alma para descubrir su verdadera naturaleza espiritual en su ascensión al lugar de su eterno descanso.   Cuando termina de narrar su visión se encuentra con que Andrés y Pedro no le creen. Pedro cuestiona que el Salvador la prefiriera a ella por encima de los apóstoles y María se echa a llorar.  

  Leví la defiende (“Tú, Pedro, siempre tan impetuoso”).    

     Les anima a aceptar que el Salvador le haya preferido a ella, a revestirse del hombre perfecto y marchar a predicar el evangelio, cosa que finalmente hacen.

 

B) “EL EVANGELIO DE FELIPE”.

      A pesar de que el texto aparece incompleto y que existe, párrafos y palabras no recuperables, existe un pasaje que se ha podido reconstruir,  en el que se narra extraordinariamente la relación entre ambos.

        María Magdalena parte como una figura clave en la vida de Jesús, tanto, que se la considera la compañera más cercana del Salvador.  

    “Una mujer que no ha dado luz a sus hijos puede volverse la madre de los ángeles. Tal era la compañera del Hijo, María  Magdalena. Él la amaba más que a los otros discípulos”              El texto de la página siguiente “los discípulos preguntaron al Salvador por qué amaba a María Magdalena más que a ellos”.                                                                                             Reconstruida la anterior frase, las siguientes palabras que se podían leer en el texto constituían la certificación definitiva de una relación más importante y casi intima entre María Magdalena y Jesús, “y él la beso en …”y nuevamente el hueco, ya que no se desvela donde la besó exactamente pero lo más probable y basándose en la gramática copta  y la longitud del espacio que falta, podría ser  en la “boca”.     

   El beso no debe entenderse como un acto carnal, sino más bien como una escena de  trasmisión divina del conocimiento, en el que el “beso” se convierte en un símbolo íntimo de  enseñanza.                                      

   Queda subrayado la existencia de una relación especial y  extraordinaria entre Jesús y María Magdalena.  

    En  los textos, María Magdalena  no aparece únicamente como el discípulo al que Jesús más amaba, sino como una figura simbólica de la sabiduría celestial.


VII.-ALGÚN TIPO DE LITERATURA Y DE CINE.


Potenciar la relación afectiva-sentimental de Jesús y María Magdalena    (literatura, películas…)

Muchas obras nos presenta relación de Jesús con María Magdalena, pero nada de eso sabemos y especular es atrevido y poco histórico.

 

 

 


           


   

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